Recuperación de lesionados con terapias biológicas

25/11/20, 4:04

plasma1

 

En la medicina convencional, se hace referencia a la terapia biológica cuando se utilizan sustancias mensajeras del sistema inmunológico como interleucinas, interferones, factores de crecimiento, anticuerpos, vacunas tumorales o terapia génica. También se incluyen sustancias que modulan el sistema inmunológico.

Nuestro sistema inmunológico consiste en muchas células con tareas muy diferentes. Para que cada célula cumpla su función de forma óptima, es necesaria la comunicación entre las células. Esto sucede a través de sustancias mensajeras. Muchas conexiones sólo se han hecho evidentes en los últimos años y desempeñan un papel importante en la investigación de nuevas formas de terapia, como por ejemplo la que se usa contra el cáncer.

Este tipo de terapias especializadas las realizan con gran eficiencia en la clínica de Sevilla especialista en terapias biológicas.

 

Tipos de terapias biológicas

Las células dendríticas son células especializadas del sistema inmunológico que reconocen y absorben estructuras extrañas. Como células presentadoras de antígenos, estimulan los linfocitos T (células del sistema de defensa específico). Se utilizan en el tratamiento del cáncer para la “vacunación de tumores”. Para ello se cargan con antígenos tumorales fuera del organismo y se refunden. Esto tiene como objetivo llamar la atención del sistema inmunológico sobre el tumor.

Las terapias biológicas utilizan las vías metabólicas naturales. Sin embargo, no están exentos de problemas, ya que también pueden causar considerables efectos secundarios. Pueden producirse reacciones alérgicas, fiebre, dolor en las extremidades y también cambios psicológicos (depresión durante el tratamiento con interferón).

Los medicamentos naturistas como la terapia del muérdago también tienen un efecto inmunoestimulante.

Hay que recalcar que desactivar o reemplazar los genes enfermos a través de la terapia genética es un enfoque terapéutico que aún está en desarrollo. Ya se ha utilizado en estudios con humanos para ciertas indicaciones, pero también ha dado lugar a peligrosas complicaciones.

 

¿Qué es el plasma rico en plaquetas?

Es un concentrado de plaquetas autólogo, es decir, del propio organismo, obtenido por plasmaféresis de sangre entera.

¿Cuáles son las características del plasma rico en plaquetas?

El plasma rico en plaquetas, como su nombre indica, contiene una alta concentración de plaquetas sanguíneas, los llamados trombocitos. Éstas desempeñan un papel importante en la coagulación de la sangre y contienen diversos factores de crecimiento y proteínas que regulan el crecimiento y la diferenciación de las células.

Estos factores se liberan activando los trombocitos, estimulando directa e indirectamente la regeneración o la nueva formación de tejido. En el PRP, la concentración de trombocitos es aproximadamente el doble que en la sangre venosa “normal”.

¿Cómo se obtiene el plasma rico en plaquetas?

El proceso de producción para obtener plasma rico en plaquetas se conoce como plasmaféresis. En este proceso, una cierta cantidad de la sangre entera del paciente se separa en diferentes componentes en una centrifugadora.

El método se basa en el principio de que los diversos componentes de la sangre pueden disponerse en diferentes capas bajo el efecto de la fuerza centrífuga y, por tanto, recogerse por separado. La razón de la formación de las diferentes capas es el diferente peso específico de los componentes sanguíneos individuales.

La fuerza centrífuga se utiliza para separar los diversos componentes de la sangre entre sí.

 

¿En qué áreas se utiliza el plasma rico en plaquetas en la medicina?

En la medicina humana, pero también en la veterinaria, el plasma rico en plaquetas se utiliza principalmente donde las heridas necesitan ser curadas y se forma un nuevo tejido.

Sobre todo, en cirugía, ortopedia y odontología. Por ejemplo, el PRP se utiliza para tratar heridas de mala cicatrización, fracturas de huesos, tendinitis o enfermedades de las articulaciones.

En cirugía, también se utiliza para prevenir los trastornos de la cicatrización de las heridas después de las operaciones.

No se permiten comentarios