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Experimentando en la USAL
 

Experimentando sin parar

¡CONTINUAMOS CON LOS EXPERIMENTOS!

Y es que parece que nos hemos enganchado a ver experimentos, ¿por qué será? No dejo de decirme a mí misma “si nosotros queremos ver experimentos, ¿por qué nuestros futuros alumnos de secundaria no iban a querer?” La verdad es que a todos nos gusta ver en la realidad lo que nos cuentan en la teoría. Para ser sinceros, es la manera de llegar a creernos ciertas cosas que a veces asumimos como verdad irrefutable y no entendemos. Sin embargo, cuando vemos esa teoría como una realidad palpable ante nuestros ojos, no podemos ponerle pegas ni restricciones.

¿Qué hemos visto hoy?

Un cubo girando sin caer el contenido. Simplemente hay que tener en cuenta la actuación de la gravedad y de la fuerza centrífuga. Si se gira el cubo con la velocidad suficiente, en el punto superior de la trayectoria el agua no cae porque la fuerza centrífuga es capaz de superar a la fuerza ejercida por la gravedad.

¿Te parece descabellado hacerlo en clase? Pues es menos raro de lo que crees:

(Quizá debió utilizar un cubo más pequeño)

También hemos visto experimentos con fluidos, relacionados con la termodinámica, la presión. Pero sin duda, me ha encantado el termómetro de Galileo. Particularmente no lo conocía (creo que era la única), pero es un termómetro precioso. Parece sencillo, pero su funcionamiento implica pura física. Se basa en el principio de Arquímedes y la relación del empuje con la densidad.

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Al aumentar la temperatura, en condiciones de presión constante, la densidad disminuye, lo que provoca que el empuje ejercido por el fluido sea menor y las bolas de cristal dentro del termómetro bajen. De cada bola cuelga una especie de medalla que indica la temperatura. Las bolas van bajando en orden creciente de temperatura, de manera que en un espacio muy frío todas las bolas permanecerán arriba y en un espacio caluroso las bolas permanecerán abajo.

Estos termómetros vienen calibrados para un rango pequeño de temperatura, pero el simple hecho de lograr la subida y bajada de las bolas con cierta precisión (habitualmente de 1 o 2 grados) ya los hace admirables, al menos desde mi humilde opinión. Especialmente sorprendida con este instrumento desconocido para mí.

A la cama no te irás sin saber una cosa más

acriado

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