Yo digo sí a los móviles en clase. Vivimos en la era tecnológica, la revolución de los smartphones ha llegado y no deja de extenderse, entones, ¿por qué no dejamos de verlos como enemigos del aprendizaje para verlos como herramienta? Si un profesor entra en la clase y dice a sus alumnos que van a aprender física con el móvil, para empezar ya ha logrado la atención de todos, aunque solo sea por la mera sorpresa de que un profesor les deje usar el móvil en su clase. Hay numerosas aplicaciones que permiten transformar los típicos problemas de física en una realidad palpable.
Por ejemplo, la aplicación Sensor Mobile desarrollada por la Universidad de Valladolid, utiliza los numerosos sensores de los que disponen actualmente los dispositivos para aplicar y aprender lo que calculamos en los problemas tipo enunciado. Si activamos la aplicación en el modo acelerómetro, por ejemplo, podremos observar las variaciones que experimentamos cuando damos un salto:
Vemos cómo la gráfica muestra una variación hacia abajo en principio, lo que demuestra el momento en que cogemos impulso flexionando las rodillas. A continuación, la aceleración aumenta considerablemente cuando daños el salto y finalmente, disminuye en el proceso de bajada y llegada al suelo. Vuelve a la posición original cuando nos recuperamos de la caída y estiramos las rodillas. Cuando es el alumno el que hace esta gráfica al saltar con su móvil en la mano, le resulta mucho más fácil interpretarla y comprenderla, ya que es él mismo quien la ha creado.
Pasa lo mismo en el ejemplo ya habitual del ascensor. Cuando subes en el ascensor, ves que la aceleración de subida es constante, no hay variaciones, solamente en el arranque y en las paradas y también pueden ver cómo varía la aceleración de la gravedad. Esto es una manera sencilla de entender el problema del ascensor que a veces resulta tan difícil.
Otra aplicación interesante es Phyphox, creada para realizar experimentos con el móvil. Un experimento sencillo con esta aplicación permite comprobar las frecuencias que escuchamos con la función Audio Amplitude realizando una calibración previa. También es capaz de generar sonido en la frecuencia que se quiera establecer. ¡Esta aplicación es útil incluso para afinar una guitarra!
Pero lo más interesante que hemos visto en clase ha sido ver cómo es capaz de calcular la altura desde la que dejas caer una pelota de golf, teniendo en cuenta que se produce un choque inelástico en el que hay conservación de la cantidad de movimiento y utilizando el micrófono del móvil. Para ello, no debe haber ruidos que produzcan interferencias y, dando al play al mismo tiempo que se lanza la pelota, cuando el móvil capta el primer sonido de la pelota contra el suelo, determina la distancia que ha recorrido. En el primer bote, el cálculo se basa en la caída libre de la pelota y la velocidad a la que viaja el sonido. Calcula el tiempo que transcurre entre el momento que empieza a caer la pelota y el primer sonido. Después es capaz de calcular la altura de los siguientes botes, teniendo en cuenta que se produce un movimiento parabólico de subida y vuelta a caer. ¿No es increíble?
¿De verdad alguien cree que es más fácil enseñar todo esto sin una herramienta tan visual y dinámica?
Desde mi humilde opinión, este tipo de aplicaciones permiten que los alumnos sean más autónomos, crea en ellos la curiosidad de investigar por su cuenta, hace la clase más dinámica y divertida, lo que, trabajando con adolescente, resulta aún más importante. Incluso pueden practicar en casa en cualquier rato libre, y probablemente lo hagan sin que se lo manden como deberes.
Si yo como estudiante lo he experimentado, ¿por qué mis futuros alumnos no?
Fuentes consultadas:
Web de Phypox: https://phyphox.org/
Artículo publicado por Sensor Mobile (ver enlace arriba)
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