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Lecturas

Aquí van unas muestras de lo que ha escrito gente de o acerca de Hervás:

 

 

 

 

Víctor Chamorro. Nacido en Monroy, pero cuasi hervasense por familia y adopción, escritor Premio Urrizu, Premio  Ateneo Jovellanos, segundo Premio Blasco Ibáñez y dos años consecutivos Segundo Premio Planeta.

De su libro “Por Cáceres de trecho en trecho“; ed. Cuasimodo, 1981.
“…”¡Castaños!, ya en la linde de Extremadura”; escribe Luis Rosales. Acabas de llegar a Hervás, pulmón de oxígeno extremeño: oxígeno de su monte de castaños -uno de los más importantes de Europa- que rodea un valle verde en el que el pueblo parece dormir. Hace siglos fue mas que monte selva, como nos lo recuerda Alfonso XI en su libro de Montería, cuando afirma que Hervás “era buena tierra de osos”.
Has llegado , así mismo, al mas importante centro veraniego de Extremadura -cabecera natural entre Bejar y Plasencia- y rápidamente se te hará añicos la vieja realidad de la  Extemadura rural y desangrada, de las encinas polvorientas y los despellejados alcornoques como Sebastianes, de la merina y el porcino. Aquí no encontrarás el arbol que singulariza esta tierra, pero sí verás árboles de área climática oceánica, así como el verde gallego, o astur, que te entrará por los ojos como un manchón sin reposo: verde natural, junto a verde civilizado de parques, choperas, pinares, e hileras de árboles y rectilineos parterres que acompañan el cemento. Un par de meses el verde se cubrirá de blanco y creerás entonces encontrarte en un vallecillo tirolés presidido por la mole del monte pinajarro, cargado de hombros bajo el peso de la nieve. Monte hierático, solemne, totémico que atrajo la pluma de Madoz para definir la sierra de Pinajarro como “asperísima y notable por su elevación, muy superior a las demás que la rodean por su desnudez desde los dos tercios de su altura, por la nieve que en ella subsiste todo el año y, más principalmente, porque de sus manantiales tiene origen el río Ambroz. Sus nieves son una mina abundante que facilita grandes intereses a la población, por el mucho consumo que de ella se hace para la mayor parte de Extremadura”.
El progreso acabó con aquellos sacrificados neveros que partían de noche hacia la sierra y regresaban a mediodía con sus acémilas cargadas de nieve para los ponches.
También durante un par de meses el verde se diluirá en amarillos de hierba agostada: manchones impresionistas de Manet, amarillos rojizos de Van Gogh: cobre de chopos, cerezos y viñedos e otoño y un aire dorado, evocador, al que le iría, perfectamente, fondo musical de Polonesa………..”

Marciano de Hervás. Quizá sea actualmente el Hervasense mejor documentado acerca de la Historia de Hervás. Ha recorrido un monton de archivos históricos a lo largo de la geografía nacional rastreando legajos acerca de la verdadera realidad histórica de este pueblo. Podriamos decir que sin su concurso, cualquier estudio acerca de la historia de Hervás quedaría superficial. El extracto que viene a continuación pertenece a su interesante ensayo histórico “Los Judíos de Hervás” editada en 1997 en una edición realizada por “Artesanía el Lagar”, y publicada además en “Carta de Jerusalen,”, nº 66, 67- 68. Otros escritos suyos son:
“Los Judios de Candelario” (1998- Ed. Artesanía El Lagar); “Documentos para la  Historia de los Judíos de Coria y Granadilla” (1999- Ed. Ayuntamiento de Coria); y el artículo “La invención de la tradición: leyendas apócrifas de los judíos de Hervás” (Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, LII, 1, Madrid 1997).

“A modo de recapitulación podemos señalar que en Hervás se estableció una comunidad hebrea en el siglo XV, cuyo primer dato se remonta a 1464. Las únicas referencias fidelignas sobre la vida desarrollada por los judíos corresponden al año de la expulsión. Así, en 1492 vivían en Hervás unas 45 ¿cabezas de familia?. Rabí Samuel era propietario de la sinagoga, que la tradición emplaza en la calle Rabilero, 19. Los judeohervasenses desempeñaron los oficios de tejedor, médico, arrendador de rentas y mercader. Tenían en propiedad varios edificios públicos. Uno de ellos era la “casa de la cofradía”, situada en la calle de la Amistad Judeo-Cristiana, 15. En el interior de la “cofradía” había un espacio reservado para la elaboración de vino Kasher, con su lagar, prensa de madera o de “estrujón”, pilones, cubas, una bodega y un zarzo destinado para granero y secadero de productos agrìcolas. Además tenian viñedos distribuidos por las mejores zonas del lugar: Collado, Quiñones (traseras de la Plaza de la Corredera), Mediano, así como linares y castañares. Nada sabemos de la carnicería, cementerio, panadería, baños públicos y otros edificios comunitarios hebreos. Los judíos eran propietarios de casas pero desconocemos el nombre de las calles, no precisadas en los textos.
Los judíos se convirtieron al cristianismo sin ninguna convicción religiosa. Otros en cambio, prefirieron el exilio. Hubo judíos desterrados que regresaron a Hervás dos años despues, entre ellos Rabí Simuel. Los conversos vivieron en la Plaza y calles Corredera y de la Cruz. Formaron la cofradía de San Gervasio (1492) para preservar bienes comunitarios judíos y eludir la amenaza de expropiación anunciada por el duque de Bejar. Sin embargo, bajo el tamiz cristianego se ocultaba una comunidad criptojudía solidaria y refractaria al dogma cristiano, que se mantenía firme en la observancia de los preceptos del judaismo……”

Antonio Calzado: pintor y poeta hervasense. Dos poemas suyos:

Todos iremos al mismo lecho

Él
Yo
Y vosotros.
Todos nos iremos
y hasta las lágrimas
envueltas en el pañuelo
también se marcharán.
No se sabrá que entierro
tendrá.
Después de estar
dentro
¡muy dentro!
tendremos todos
la sangre, de polvo
al viento
y el cuerpo dentro estará.
¿Que flores, plomo
o estiércol de la tierra
no saldrá?
Las plantas todas de fuego
eh, eh, ehhhh….tu..
tú que comiste pan
de este trigo,
y fuiste sembrando
flores con un cuchillo
ven y espera que haga
lo que hiciste tu conmigo.
¡Eh, espera!
Espera no quiero darte con la
cadena,
porque sabrás que tú,
si, tú
yo, y todos nos
iremos.
Habrá recuerdos
con nuestro entierro,
y lágrimas también,
y un día las hojas
de los árboles caerán
como nosotros hemos muerto,
como estiércol se pudrirán
como nuestros cuerpos en el cementerio.

A los genios de la música:
Con las sinfonías de Beethoven
y Bach que compone, más Mozart es el que las goza,
con Vivaldi en cantidad.
La Patética de Tchaikovsky,
dicen que no vale na.
Gabriel Tachino lo dijo,
que no sabía tocar.
En las sinfonías de hoy,
componen unas suaves melodías,
que Beethoven, si viniese, hasta la tocaría.
Con un piano en cada mano
y una guitarra que narra música,
que es muy cara y difícil de tocar.

David. Joven (bueno, no demasiado) poeta hervasense. Yo vi una vez una especie de cuaderno con sus poesías completas y fue muy impresionante. Nos ha dado tres ejemplos de lo que hace:

Un resquicio de belleza
Hervás,
bello y audaz,
jardín de la alta Extremadura,
jardín de España y del mundo entero,
representante de la lozanía española
y crin de la mas pura joya
¡Quién te ha visto y quién te ve!
Con tanto cambio que te han dao
Tu espíritu de pueblo te han arrancao.

Una última noche de libertad
Sentado en una silla, sentado en un sillón
sentadito en un taburete de un viejo mostrador,
tomándome un triste café
de ti yo me acordé
cuando juntos reímos por primera vez…
jugando a no se que a tí te tocó perder…
empecé yo a reír y tu a enfurecer;
cuanto más enfurecías mas bonita te ponías…
y yo mientras reía y reía
a la vez que poco a poco me enamoraba
tu conmigo te enojaste y no recuerdo que me contabas…
porque solo pendiente estaba
si tu de mi te enamorabas…
para volver mañana a la oscura prisión
y soñar contigo tras las rejas de mi ventana.

Volver, volver
Salgo de Extremadura
pensando si volveré
o en el camino moriré
con miedo a perecer lejos de mi tierra,
lejos de mi gente,
donde unos me conocen
y otros no me quieren ni ver;
pero me siento seguro, feliz y contento
me río y no miento…
de cualquier acento,
por eso, por eso
salgo de mi tierra
y es que no me siento
ni feliz ni contento…
pero, al volver a mi tierra,
cesan mis sufrimientos
y aumenta el latir de la sangre
y se escapa el lejano lamento.

Emilio González de Hervás, poeta folklorista y recitador, nació en Hervás. Cursó en Béjar y Valladolid, estudios superiores y musicales. Mas tarde se trasladó a Madrid, donde publica sus primeros artículos y poemas. Viaja por toda España, Marruecos y gran parte de Europa. Marcha después a América, donde permanece un año, y logra la Medalla de Oro de la Crítica que deposita a su vuelta en la tumba de D. Manuel de Falla, en la catedral de Cádiz. Actúa en Universidades, ateneos, Centros Culturales, teatros, emisoras de radio, televisión… Publica dos hermosos libros de poemas: “Cristales al sol” y “Címbalos”. Interesado en la reivindicación del auténtico folklore andaluz, logra conjuntar guitarra, cante, baile y poesía en “Retablo Flamenco” y “Lección Poética del Cante Jondo” (espectáculos y discos); graba otros discos, entre ellos una “Misa del Cante Grande” (quizás, la primera en este género); y escribe “Er Cante” y “Antología del Cante Jondo y Flamenco”. En 1971 aparece “Mis versos de ayer y hoy”, recopilación de sus poemas ya publicados y otros inéditos hasta entonces. En palabras de Víctor Chamorro “…y también se ponía muy serio cuando hablaba de Hervás. Yo nunca he visto un amor, como el de Emilio, hacia su pueblo. La simple pronunciación de este nombre le mudaba el semblante. A Emilio le sobraba el mundo, Europa, España y Extremadura. Solo Hervás. El vivía en Madrid, pensando en Hervás. Y de Hervás le gustaba todo,: el Barrio Judío y la parte alta, las tabernas con sabor sefardita y las cafeterías de la plaza, la gente humilde y la acomodada. Hervás componía para él una realidad no poliédrica….”

“… y tú, González de Hervás,
canta que te cantarás,
has ido por toda España
diciendo la gracia extraña
del son y el cante…tras…tras..”
José María Pemán
Falleció en 1986. Aquí van unos ejemplos de su producción poética:

Amadas cosas de Hervás
¡Amadas cosas de Hervás,
lloradme cuando me muera!
Llórame, Puente Vallecas,
llórame, Puente del Monte,
llórame tú, Santihervás,
y tú, Puente de la Ceña.
¡Ay, Puente de Montechico!
¡Ay, Puente de Pedregoso!
¡Ay, Puente de la Doncella!
Llórame, fuente Chiquita
lágrimas de oscura cueva,
llora, silencio valiente
aunque no estés donde eras.
Llórame, Machón del puente
cuando la luna hecha pena
ilumine la hermosura
de tus pupilas alertas.
Y tú, río mío Ambroz,
constante lágrima griega,
hazte pañuelo de agua
que enjugue cenizas viejas,
y resbala airosamente
sobre pómulos de piedra.
Caños de los cuatro chorros,
sangre azul de la Chorrera,
llorad insistentemente
cual terribles plañideras
en las tardes del Robledo
y en las de la  Corredera.
Verdeazul Plaza de Nápoles,
de atardeceres maestra,
di a tus pinos que me lloren
antes que la noche venga.
Castillo de la Calzada,
Aguas Vivas de mi Iglesia,
decid alto a los vencejos
que lloren plumas de plomo
sobre el atrio de tu puerta.
Llórame tu Pinajarro,
estática sierra abierta,
llórame, nieve, en la tumba
de mis siemprevivas muertas.
Añoso barrio de adobes
que mis entrañas mordiera,
llórame, sutil nocturno
con orquesta rabilera,
que yo vendré cada noche,
cuando el silencio resuena,
a prender el candelabro
de la sinagoga nueva,
y a besar una por una
tus sefarditas viviendas.
¡Amadas cosas de Hervás!
de mi Hervás hecho quimera,
por los siglos de los siglos
¡Lloradme cuando me muera!

¡Ay Hervás, si yo pudiera!
Si yo pudiera, Hervás, volverte al señorío
del batán y las huertas rutilantes,
y a la antigua belleza de tus viñas
las de aloque vino rebosantes.
Si yo pudiera, Hervás, retroactivarte
volviéndote al ayer de mis abuelos
y en alarde triunfal poder alzarte
al impulso inmortal de mis anhelos
Si yo pudiera ,Hervás, rehabilitarte
sería como un río impetuoso
que al regar tu baldío generoso
en cosecha de paz poder trocarte.
Si yo pudiera, Hervás, rehabilitarte,
sería como un fuego impresionante
para abrasar tu escoria palpitante
y en crisoles de amor aurificarte.
¡Si yo pudiera, Hervás, si yo pudiera!….
¡Que gran revolución con tu bandera
de paz, de amor y fe, si tu quisieras!
Colmaría tus fábricas ausentes
con vellones de lanas estelares.
Llenaría tus campos seculares
con canciones de sachos jornaleros,
y surtiría tus pasos montañeros
con bucólicas reses otoñales.
Si quisieras Hervás, rehabilitarte,
¡Que connubio de paz tan inquietante
brillaría en tu escudo de nobleza!
Pero para volverte a la grandeza
que de hace siglos te legó la historia
tendrás que desechar de tu memoria
viejos rencores que abundan tu pobreza.
Dile a tus hijos que empinen sus amores
hacia ese Cristo de nuestra fé notoria
porque al hacerlo así serán mejores
y triunfará el amor con la victoria.
Que busquen solamente los caminos
que conducen al Arbol de Salud
y arrodillen orgullos clandestinos
ante el Hijo de Dios muerto en la Cruz.

Y de su libro “er cante”:
Cante Jondo
¡Cante jondo, cante grande!
¡Cante de liberación
Cante de España que entraña
hondo sentir español!
La Sinagoga crujía
desagravio al juramento
España lo recogía,
convirtiéndolo en flamenco.
Fuerte semilla
germinada en lamentos
de Seguiriya.
“Jom Tob” de la judería, savia de “jondo cantar”
alarido y armonía
del amor que quiere amar.
¡Noches de Semana Santa!
La Siguiriya
se esconde llorando tras la maceta.
¡Pasa Cristo!
Un “Kol nidrei” imprevisto
depurase en voz cristiana
¡se ha convertido en Saeta
la Siguiriya gitana!
Llama sagrada
clavando muchedumbre
de madrugada.
¡Cante Jondo, cante grande!
¡Cante de liberación!
Cante de España que entraña
hondo sentir español.

Ventura Ginarte González, natural de Hervás, doctor en Historia por la Universidad de Alcalá de Henares, buen conocedor de los Trinitarios, editó en 1991 un libro acerca de Hervás muy interesante. Su título “Hervás: su historia, su tierra, su gente.”. lo que sigue esta sacado de este libro.

“Importantes testimonios escritos acerca de Hervás.
Hervás en 1829:
La Real audiencia de Extremadura, en abril de 1829, cursó una serie de interrogatorios a todas las localidades, los cuales fueron  espondidos por Alcaldes, Párrocos y personas de relieve, y toda esta documentación se guarda en el Archivo Histórico de Cáceres. De ella se sirvió el Conde de Canilleros para hablarnos de Hervás en 1829: “Hervás, villa de tradición industrial, tuvo una amplia colonia judía y agrupaba a 650 vecinos y 3000 almas. La carencia de padrón nos priva de conocer nombres, e incluso concrétamente el número de los que ejercian la industria textil, la más importante de la localidad, ya que figuran mezclados en esta anotación: “250 entre labradores, fabricantes de paños, artesanos y menestrales”. Los nobles eran dos y los religiosos trece, siendonos únicamente conocido de todos ellos el cura ecónomo, don Bernardo Sánchez Caballero. El Ayuntamiento lo formaban dos Alcaldes, Ramón José Herrero y Antonio Muñoz Elena; dos Regidores, Bernardo Bello y Valentin Gómez; dos Diputaods, Benito González y Pedro Castro; dos Síndicos, Jerónimo Blázquez y Manuel López del Castillo, y el Secretario, Don Fulgencio de Jesús Serradilla. Hervás no había pertenecido antes a Extremadura, sino a la provincia de Salamanca, manteniendo largos y costosos pleitos para ser villa independiente y romper la servidumbre de Bejar. Todo lo cual se hace constar detalladamente en la documentación. Así, pues, el cambio de región le resultó afortunado, subiendo de simple aldea leonesa a cabeza de un partido extremeño, con lo que su espíritu laborioso pudo tener más firmes bases para su actual prosperidad.”

Hervás en el diccionario de Pascual Madoz:
Pascual Madoz tardó diez años (1833-1843) en preparar su Diccionario Geográfico Estadístico-Histórico de España y las Posesiones de Ultramar. Se lo dedicó a la Reina Maria Cristina, el 10 de Noviembre de 1843, pero por diversos motivos, no se publicó la edición sino años más tarde. En concreto, el tomo X, donde aparece Hervás, no salió a la luz hasta 1850. Esto es lo que dice de nuestro pueblo:

“Villa con ayuntamiento, en la provincia y audiencia territorial de Cáceres (21 leguas), partido judicial de Granadilla (4 leguas, diócesis dePlasencia (7 leguas), capitanía general de Extremadura (Badajoz, 35 leguas). Situado al pie de las altas montañas que se separan al lado izquierdo del puerto de Baños, en el semicírculo que allí forma la cordillera. Está rodeada de sierras por todos lados, excepto al oeste, con clima templado. Reinan los vientos Norte y Oeste; y se padecen catarros, pulmonías y algunas gástricas.
Tiene 600 casas, siendo las dos terceras partes muy inferiores, pero las más de tres pisos, destinado el bajo para bodegas y cuadras, el primero para habitación y el último para cocina y demas usos de esta clase; en calles que generalmente son angostas, sombrías y mal alineadas, pero empedradas y medianamente limpias. Dos plazas, llamadas de la Constitución o de la Corredera, con portales en toda su longitud, y de los Mesones; y además la plazuela o atrio del convento, que es muy espacioso.
Entre los edificios, son los más notables: la casa enfermería que fue el convento de S. Francisco de la  Biemparada; es cuadrada, de dos pisos, sus ángulos, portadas y guarnición de las ventanas, de cantería, y en el centro un patio cuadrado, con una serie de columnas dóricas; y una huerta sin arbolado. La casa dicha del Cabildo, que perteneció al de Plasencia, con gran lagar y bodega. La de habitación de don Pedro Lumeras y Quiñones, de buena fábrica, con rejas y balcones de hierro, jardín, huerta y otras oficinas. Y, por último, el convento de trinitarios, situados al sur de la población, fundado en 1664 por don Juan López Ontiveros y doña María López Burgalés, naturales y vecinos de esta villa, residentes en Madrid, cuyos restos fueron trasladados a Hervás después de su fallecimiento. Al tiempo de la extinción, tenia ocho sacerdotes y cuatro legos. Sus fincas se han enajenado. La iglesia se ha destinado para ayuda de parroquia, celebrándose en ella la mayor parte de las festividades por la hermosura del local. Y en el resto del edificio se ha establecido la casa ayuntamiento, con buenas salas para las sesiones y reuniones públicas, cárcel segurísima, casa de beneficencia y escuela de primera educación. Concurren a la enseñanza 94 niños, que satisfacen una retribución proporcional y el maestro disfruta además, 1500 reales de dotación de los fondos públicos. Hay dos escuelas de niñas con maestras sin título ni dotación y asisten de 70 a 80 a cada una. Una casa hospital, para recoger a los pordioseros con papeleta del alcalde. Y la iglesia parroquial, situada al norte, en el punto más elevado de la villa. Sus paredes, bóvedas, arcos y torres son de piedra cantería labrada, siendo notable la fachada de la puerta principal que mira al sur, por las cuatro columnas jónicas que la adornan, coronadas de sus correspondientes capiteles, para sostener la cornisa y escudo céntrico que representa las armas de la fábrica catedral del obispo.
En la torre se observan dos escudos de armas de los señores duques de Béjar, que también lo fueron de esta villa. El templo es de una sola nave, de 46 varas de longitud, 18 de latitud y 12 de altura, con siete altares dedicado el mayor a la Asunción de Nuestra Señora, llamada aquí de Aguas vivas, cuya festividad se celebra el 15 de Agosto, siendo sensible el que al arruinarse la bóveda de la capilla mayor, por una exhalación eléctrica que cayó el 26 de Septiembre de 1839, se llevase tras de sí el segundo cuerpo de que se componía; aquella y éste están sin reedificar. Se hizo y doró a expensas del bachiller don Jerónimo Sánchez Zúñiga, cura rector de esta iglesia, año 1628. El curato es perpetuo, de oposición en el concurso general del obispado y de provisión ordinaria, que alterna con dos beneficiados en el servicio parroquial. Alrededor de la iglesia había un atrio, en el cual se ha construido después el cementerio, capaz, seguro y perfectamente ventilado por la muy elevada posición que ocupa. En las afueras, al oeste, hay un paseo llano, con dos filas de corpulentos árboles y asientos de piedra para descansar, cuyo paseo se llama el Robledo. En su centro, tiene una ermita con la advocación de los mártires. Contigua a ella, una casa; y a sus espaldas, una fuente de agua salobre. Más lejos y en dirección al sur, en el monte de castaños, otra ermita titulada de San Andrés, en cuyo único retablo se venera el Santísimo Cristo de la Salud. Su festividad se celebra el 14 de Septiembre, corriéndose también en ese día algunos novillos en la plaza construida a su inmediación, entre los castaños, lo cual le da una vista agradable. No muy distante a estos lugares, hay una fuente de piedra, con caño de hierro, que tiene buen agua y fresca; pero la que sirve para el surtido de los vecinos se toma en dos fuentes que hay junto al puente del que luego hablaremos; y en cada una de las plazas, de tres caños y agua abundante, cuyas sobras pasan a unos pilones para lavar. El agua para las últimas viene desde un sitio llamado la soriana, en la sierra del este, desde 490 varas de la villa, por un buen encañado de piedra cantería, 60 varas, y el resto arcaduces, hasta la plazuela del convento, donde se subdivide en dos ramales principales para cada una de las referidas plazas y otros varios para algunas fuentes particulares que hay en las casas
Confina el término: por el norte, con Baños y La Garganta; al este, Béjar, Candelario y Becedas (Salamanca); sur, Jerte y Cabezuela; y al oeste Aldeanueva del Camino; a distancia de media legua a una. Y comprende un buen caserío, a media legua sur de la villa, todo cerrado, con establecimiento para paradas de yeguas, cotos de caza, palomar y arbolado de robles y castaños, y varios manantiales de agua perenne que facilita en abundancia riegos a los prados naturales. En el establecimiento existen y se encuentran, además, muchas casitas, llamadas sequeros porque se destinan efectivamente para secar el pimiento o las castañar. Le bañan tres torrentes o gargantas, que bajan de las inmediatas sierras, llamado el uno río Gallego, otro Marinejo y otro Santihervás, que reunidos forman el río Ambroz. Este río tiene un puente de piedra, de 40 pasos de largo y seis de ancho, cuyos arranques principian en el remate de la calle larga. En cada uno de sus extremos tiene una fuente de buen agua, muy fría en verano, particularmente la del lado derecho, llamado fuente Chiquita , de dos caños, pero sin encañado. Este río, que contiene cinco grandiosos edificios maquinarios para elaborar paños finos y bayetas de todas clases, y cuyas aguas dan movimiento a 14 máquinas de cardar e hilar, siete perchas, cinco batanes y 40 molinos harineros, es el alma de la industria y riqueza de la población. Hay además en él cuatro puentes de madera con igual dirección que el de piedra; uno general y los tres particulares para las maniobras fabriles. El arroyo de Santi-Hervás tiene cinco puentes de piedra. A sus inmediaciones, se ven cercas con canterías labradas y cimientos de ladrillo y cal, así como un campanario para dos campanas de 13 varas de alto y una cruz en el remate, todo de piedra sillería, que tradicionalmente se dice que fue edificio de templarios. Da riego a no pocas posesiones y huertos, a  derecha e izquierda de su corriente.
El terreno es montañoso, quebrado y áspero por el lado sureste y parte del norte, mientras el oeste es llano con algunas hondonadas y barrancos, muy propio para viñas, olivos, frutales y huertos, pudiéndose clasificar de segunda clase. Lo que no ocupan estos plantíos son montes de roble y castaño, prados naturales y monte bajo que cubren sus montañas hasta los dos primeros tercios de su altura; el último tercio sin vegetación alguna y cubiertas de nieves sus crestas la mayor parte del año. Las mayores alturas son de este a sur, las llamadas Baldemoro, Peña la  Ensillada y fuente Negra; de norte a este, Pinajarro, Navamuño, Dos Hermanas, Puerto de Santa Cruz, Teso de la Loma y el Berrocal. Los caminos son vecinales y solo de herradura por su escabrosidad. El correo se recibe en Béjar el que procede de Castilla, tres veces a la semana; y en Aldeanueva del Camino, el que viene de Extremadura.
Producción: vino, aceite, muchas frutas de todas clases, legumbres y verduras, patatas, maíz, lino, algún trigo, centeno, cebada y abundancia de pimientos y castañas. Se mantiene ganado cabrío, poco lanar, vacuno, cerril y de labor; y se cría caza de todas clases, y pesca de truchas.
Industria y comercio: fábricas de paños y bayetas; elaboración de chorizos, cuyos artículos se exportan para las andalucias, Madrid, Cuenca Zaragoza y ferias de Extremadura y Castilla, que se conducen por arrieros andaluces, del Puerto de Baños, de la misma villa. Las lanas para las fábricas son de Cáceres, Trujillo o sierras de Piedrahita. El aceite para su elaboración y consumo del vecindario entre Andalucía y sierra de Gata. Los tintes, de Sevilla, conducidos por arrieros de Castuera y Quintana, que de retorno llevan jamones o chorizos. Se exportan muchas frutas y vinos.
Población: 650 vecinos
Capital de producción: 7.760.900 reales
Impuestos: 388.045 reales
Contribución: 61.259 reales, 29 maravedises.
Presupuesto municipal: 21.000 reales, del que pagan 2.200 al secretario por su dotación y se cubre con los productos de los propios que asciende a unos 10.000 reales y los abastos públicos.
Este pueblo tenía un fuerte castillo en el local que hoy ocupan la iglesia parroquial y el cementerio; y perteneció a los duques de Bejar, siendo dependiente de la jurisdicción de la misma villa hasta que, después del año 1823, se hizo villa por sí. De 200 años acá es nueva la tercera parte de la población”

Noé Duarte, Practicante, que fue de Hervás durante muchos años, gran amante de la tradición y cultura hervasense recopiló unas “leyendas hervasenses” muy interesantes publicadas en un libro titulado “Leyendas Extremeñas” de José Sendín Blázquez.
Estuvo durante muchos años sacando su libreta de bolsillo cada vez que oía alguna palabra rara. De esos apuntes salió una impresionante recopilación de modismos locales, que con el tiempo y unas cañas meteremos aquí. De momento ahí va una de las leyendas recopiladas por Noé y una carta manuscrita por él en la cual se dan cita muchos de los modismos recogidos por él. Esta carta fue publicada por una fallecida revista local en Enero del 83 (La Corredera, Año 1, nº 2)

La casa del miedo
“En el centro de Hervás se levanta un vetusto caserón, actualmente convertido en viviendas. Ocupa, en la calle de Gabriel y Galán, los números 2, 4, 6 y 8. Es fácilmente identificable porque su larga fachada forma soportales, sostenido por seis columnas o pilares octogonales con bases prismáticas. Los capiteles han sido sustituidos por zapatas modernas. Cuatro de ellas llevan grabados motivos religiosos. Es un sitio inconfundible para todo el vecindario.
Las leyendas que circulan sobre este lugar son tan numerosas, tan complejas, que resulta difícil llegar al fondo de la verdad inicial. La Casa del Miedo es uno de los puntos misteriosos de este por sí misterioso pueblo extremeño.
Don Noé Duarte Pérez, una vez más, ha sabido encontrar a la persona que ha estado a punto de llevarse al otro mundo la solución a todo el enigma. El señor Pelayo es ahora ese viejo singular que en cada pueblo parece monopolizar el resumen enciclopédico de la sabiduría lugareña.
Decía el señor Pelayo que sus abuelos poseían una pequeña heredad y para llegar a ella tenían que utilizar el camino denominado Trasdediego. Pasaba, precisamente por la trasera de la casa que ya entonces se llamaba “Del Miedo”. El abuelo del señor Pelayo se negó siempre a recorrer aquel camino. Elegía otro, que duplicaba la distancia y el tiempo. Al preguntarle más de una vez la causa de esta terquedad o manía, daba siempre la misma explicación:
“Desde el anochecer hasta el alba, la casa es centro de ruidos extraños, gritos horripilantes, gemidos y lamentos espeluznantes, chirridos de máquinas infernales y hasta como un arrastrar de gruesas cadenas.” Todo esto, según el señor Pelayo, había sido comprobado por los antepasados de su familia, y por ello exigieron al abuelo la promesa de que no pasaría nunca por allí. Posteriormente se ha podido comprobar que el viejo caserón, junto con las actuales casas consistoriales, pertenecieron en otro tiempo a la orden religiosa de los Trinitarios (Franciscanos) del convento de la Bienparada. Los mismos frailes, establecidos también en Hervás, tendrían necesariamente para el Santo Oficio una cárcel. Basta recordar que en el año 1519 varios judíos conversos fueron juzgados, condenados y ejecutados por sacrílegos en la vecina ciudad de Plasencia. La Casa del Miedo parece la explicación lógica de todas estas necesidades. Allí estuvo la cárcel preventiva del Santo Oficio. Cuando los Trinitarios marcharon de Hervás, un despabilado maturero tomó en arriendo la referida casa, para usarla como almacén de productos que ilícitamente traía en sus frecuentes salidas.
Para evitar que los encargados del fielato pudieran someterlo a inoportunas investigaciones, aprovechó el terror que la gente tenía a la casa para seguir manteniéndolo de forma habilidosa: ciertos días de cada semana, principalmente al oscurecer y en los sábados (tal vez en recuerdo del Sabat Judío) producía ruidos extraños, arrastraba grandes cadenas, exhalaba gritos y lamentos, con los cuales asustaba y mantenía a distancia a los curiosos, posibles descubridores de los sucios manejos que ocultaba entre sus muros. En la desamortización de Mendizábal, en el año 1836, la casa fué adquirida por un notario de Hervás, que la convirtió en cuatro viviendas actuales.”

Carta Manuscrita por Don Noé Duarte dictada por un tal “Dalmacio el Narro”
Pos mi querío helmano: como yo sé cati te gustan las cosas del pueblo te voy a contal un suceio que pasó el sotro día y te lo cuento asina como suceió. Pos la otra mañana cabia una gra cegallina y quera dia de la moraga, al probe Respicio el Quirona, que tu sabes que siempre ha sio un engarnio y que ahora está too como botijinchón, (el dice que es Recencio del río), se fué pa la su casa rejillando de frio, y como siempre, a enzoncharse, en la joía lumbre. Na mas entral en casa, había allí unos gardomas, que le acivataron y le jencharon hasta la camisa. Como no lencontraron al probecito ni un retuterio, le espiparraron toos los ancapadres y le hicieron una verdadera rizia; y por si fuera poco, al quedarle tumbao en el suelo se le cayó encima el vasal, que lo tenía entenguerenge. Cuando pudo grital, “acudilme, acudilme”, mos fuimos toos pa ya corriendo. Mos encontramos toito sandrajao y que casi no respiraba, le aflojamos los pantalones, que los tenía mu cistes y como Dios mos dió a entendel, le subimos a la cama, que la tiene en el zarzo, que está al ventistate y está too lleno de fusca y de achiperres. La Olegaria la forosa, que tiene mucho tarandango le curo las rejolladuras con una miaja de cuchipina; pero como toos dijeron quera mejol llamal al méquido, se le llamó antes de que le diera algún arrepio. Cuando llegó el méquido, ques mu prolijo, se careó diciendo que el Respicio era un banduendo y un bodoque; yo mescapé a regal, pos la mañana se pinía un poco joía. Cuando llegué al padrón se la Somailla, en el estajaero, mencontré con el Apolonio el Bocachocha, que es primo helmano del respicio, y cuando se lo conté too, mos vinimos juntos, ante que mos cogiera la fusquía, que se mos venía encima. Cuando llegamos, el Respicio estaba mejol por  el Atanasio el guirindolo, que es un buen vacino y tiene mucho espelde, le había subío una miaja de frege con ensalá de coruja y parecía mesmamente que había echao el percujo fuera.
Andenante, el méquido que dando camballadas había io como de asomatraspón, le había dicho que podía comel una miaja de sopa de frege, con un poco de zorongollo, pero que de moragos y de calbotes ni fronza. La Nemesia la caracagá, le había subío unos tartabellacos pa postre y su marío Críspulo el fregaero, un cuartillo de vino de la su pitarra; pos encima y con toos estos cuidaos, le arreó un acibuche. sin embalgo, al sotro día, estaba mas zorondo que una castaña rebolda. La verdad es que se ha queao una miaja como atenorao, pero se monta en el su burro aparracachón y está como jalamío se casca unos platos de garbanzos con comuelgo y, como no es ascurriento, no le importa questen chonchos o eslabazaos o que tengan chero; el caso es atestalse y echal buenos tragos de la pitarra. Se comió delante de mi un potaje que parecía un berbajo, con unas aceitunas arracas que apestaban a solóndrigo, un calambuche de cazuela arrebujao con cachos de chorizo de butago y pa postre un par de perrunillas; pues con to ese bodrio le asentó como si tal cosa. Nuestra prima la Polonia la Jibia, que trabaja como una citota, me dijo ayel que el Respicio está como engurdio y que sa queao como clisao del trapajazo que se dió y la pitera que se hizo; pero su comadre la Gandencia la Muñaña, que es como una gareta y que siempre anda a garulla, le ha dao unas sobas en la gomanillas y le ha puesto una vilma que le han queao como nuevo. el sigue tan gallumbero y rajamanta y aunque está hecho un changarro, toito lleno de esparavanes, no deja de junchear y ser el mezucón de siempre. ahora se le ha metío en la molondra hacel una empenda pa metel el vicio y sa puesto dacuerdo con Domitilo el Neo, que es otro pairón y farraguas como él, así que lastan dejando farunga y se va a farungal el día menos pensao. Bueno, ya me despido. No te mando ninguna morcilla porque man quedao mu canchuas y san cascabelao. Los castaños este año no traen más que erizos machios y muchas cucharetas, asina que tengo lleno el botiquillo Como no soy un lampuño y no me gustan las zirigonzias, se despide de ti tu helmano,
Dalmacio el Narro.

Francisco Moriche Mateos (Villanueva del Fresno, Badajoz, 1952). Estudió Bachillerato en Talavera de la Reina y Magisterio en Cáceres y ha ejercido como maestro en Peraleda de la Mata, Aldeanueva del Camino (Cáceres), Vejer de la Frontera (Cádiz) y, desde 1984, en Hervás (Cáceres). Desarrolla desde hace más de veinte años una amplia tarea de difusión y promoción del cante jondo, y es presidente de la Peña Flamenca “La Bulería” de Hervás desde su fundación en 1987. En 1989 dirigió la edición del libro Er cante y otros escritos del poeta y flamencólogo hervasense Emilio González de Hervás, conmemorativa del tercer aniversario de su muerte. En 2002 fue autor de las letras con las que el cantaor Manuel Cuevas obtuvo la Lámpara Minera del XLII Festival de Cante de las Minas de La Unión. Desde 2006 ha ido presentando, en forma de artículos en prensa e intervenciones en actos públicos, los resultados de sus investigaciones sobre la  II República, la Guerra Civil y la Dictadura en Hervás y la comarca del Ambroz, que en febrero de 2008 culminaron con la publicación del volumen Represión, silencio y olvido. Memoria Histórica de Hervás y el Alto Ambroz, editado por la  Asamblea de Extremadura. Asimismo, publica ocasionalmente en las páginas de opinión del mensual La Crónica del Ambroz y en los sitios web Rebelión y Kaos en la Red artículos de reflexión social y política.

Os pongo un extracto del principio de su libro “Represión, silencio y olvido. Memoria Histórica de Hervás y el Alto Ambroz” que podeis descargar desde el blog de Francisco Moriche

“1.3 – SOBRE HERVÁS (1936-2007)

Los trabajos de historiadores y otros estudiosos, los escasos documentos públicos disponibles y, muy especialmente, el testimonio oral de algunos ciudadanos, nos hacen hoy posible ofrecer, de forma casi definitiva (aún con inevitables errores y omisiones involuntarias), las  consecuencias de la represión franquista en nuestro pueblo y sus alrededores.

En Hervás no hubo guerra. No se libró en el Valle del Ambroz ninguna batalla. El control de la comarca por parte de los sublevados fue fulminante; la resistencia armada, muy escasa.

Y, sin embargo, la represión fue terrible. Desde asesinatos arbitrarios hasta Consejos de Guerra sumarísimos, pasando por depuraciones y expedientes de incautación de bienes, que dejaron a muchas familias sin trabajo y sin propiedades.

A diferencia de aquellas zonas de España donde se libraron largas y duras batallas, no hubo guerra en Hervás, ni en los pueblos vecinos del Valle. Aquí sólo hubo la acción incivil, injusta, innecesaria, cruel y desproporcionada de unos hervasenses sobre otros. Sin que podamos, además, constatar la existencia, en los meses o años precedentes, de una sola víctima de violencia política del signo contrario.

Por ello, quizá cuesta aún más trabajo hacer un estudio que solamente contemple, desde un punto de vista objetivo y aséptico, el número o listado de represaliados y de las formas y lugares donde la represión se produjo, sin sentirnos inundados por una profunda repugnancia ante la matanza y represión de tanta gente de nuestra comarca, trabajadores de la Administración, del comercio, de la industria o del campo, cuyo único crimen fue pensar, sentir y defender unos ideales de democracia y libertad. Además, hemos de ser conscientes de que, como dice Fernando Sánchez Marroyo, los testimonios personales son una fuente imprescindible pero arriesgada, porque los recuerdos de los testigos directos están inevitablemente impregnados de sentimientos e ideología. Pero tales dificultades se presentan siempre, e inevitablemente, cuando se pretende el esclarecimiento de hechos tan terribles y dolorosos como los aquí registrados.”

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