Y para ésta semana una de las más comentadas películas del momento: “El lobo de Wall Street”. Desde luego el film tiene muchas escenas de las que podríamos hablar pero como siempre, nos centraremos en la parte económica: qué irregularidades comete el protagonista, Jordan Belfort, que le llevan a acabar en prisión.
Jordan Belfort es un bróker de Bolsa, éstos son intermediarios financieros no bancarios que actúan por cuenta ajena cobrando una cierta comisión. Su función es la de colocar los activos financieros, poniendo en contacto a los emisores con los compradores, asesorándoles y evitándoles así los costes de búsqueda.
El protagonista encuentra una gran oportunidad de enriquecerse mediante un mercado secundario: “las acciones a centavo”. Se trata de compañías Over The Counter (OTC), es decir, son empresas de poco tamaño y relevancia que no tienen obligación de presentar cuentas en la SEC americana. Son, por tanto, bonos basura, activos de alta rentabilidad y alto riesgo. Sobre este mercado funda su empresa, Stratton Oakmont, que junto con sus compañeros y amigos tima a sus clientes quedándose, no sólo con las comisiones, sino también con el dinero de dichos clientes pasándolo a cuentas de la propia empresa, de forma que estos clientes no vuelven a ver su dinero pensando que por una mala inversión lo han perdido.
Tras ganar suficiente dinero, deciden convertirse en una empresa legal de bróker en Wall Street. El mecanismo que llevaba a cabo Jordan Belfort era: comprar grandes paquetes de acciones baratas de compañías sin futuro, y a la vez, vender acciones de esa misma empresa a sus clientes. Cuando las ventas disparaban las acciones, Belfort vendía las suyas y recogía las ganancias, provocando el desplome del valor de dichas acciones y llevando a la ruina a sus clientes.
Poco después, Belfort decidió realizar Ofertas Públicas de Venta (OPV) fraudulentas de grandes empresas, en total realiza 35. La OPV, de forma teórica, son contratos de compraventa que el titular de unos valores negociables propone al público inversor en general. La ilegalidad de estas operaciones radica en que el propio Belfort era propietario de la mayor parte de las acciones que salían a la venta y, por tanto, él imponía el precio con el que quería que se vendieran en el mercado. Dicho en palabras de refrán: “Como Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como”. Además, utilizaba a sus clientes para que sus acciones siempre tuvieran un gran valor.
Pero entonces el FBI decide investigar estas operaciones. Belfort considera que lo mejor es hacer desaparecer su dinero para no ser descubierto por el FBI y desviar su dinero a cuentas bancarias en Suiza, paraíso fiscal, donde cualquiera con nacionalidad europea puede abrir una cuenta sin que otros países puedan investigar su procedencia mientras no sea delito allí, en Suiza.
Pero a pesar de estos esfuerzos, el FBI consiguió localizar dicho dinero y llevar a la cárcel a Jordan Belfort y su socio. Además de fianzas e indemnizaciones, cumplieron penas de prisión aunque éstas se vieron reducidas debido a su confesión y colaboración en el caso.
Actualmente, Jordan Belfort se dedica a dar charlas motivacionales y de superación, además de discursos sobre las claves para ser un buen vendedor.
Os dejo aquí el tráiler del film:
Gran análisis para los que disfrutamos la peli pero no entendimos la ligera complejidad q tiene su parte economica. Gran blog
Me gusta mucho este blog, es interesante. Hay muchas películas como la que se acaba de analizar que te quedas en lo básico al no entender ni conocer en profundidad el aspecto económico. Me alegro que alguien haya decidido explicar ese punto. Seguiré leyendo este blog.