En los últimos días, el director de investigación del Instituto Francés de Investigación Médica, Camille Locht, y el jefe de los servicios de medicina intensiva y rehabilitación del hospital Cochin de París, Jean-Paul Mira, han sido protagonistas de unas declaraciones que han creado una gran polémica por mostrar su poco respeto por los derechos humanos.
Jean-Paul Mira planteó que los estudios de la vacuna del coronavirus deberían hacerse en África, en las zonas sin recursos donde no tienen mascarillas, tratamientos ni reanimación. Al mismo tiempo afirmó que allí ya hacen estudios del VIH, para los que usan prostitutas porque saben que están muy expuestas y no tienen protección. Ante esta pregunta, Locht afirmó que se están planteando hacer un estudio paralelo en África con la posible vacuna para el COVID-19.
Miles de personas en redes sociales han manifestado su repulsa hacia estas afirmaciones. Ante la polémica desatada por ello, el director general de la OMS condenó la propuesta, que tachó de “racista” y propia de una “mentalidad colonial”. Afirmó que África no puede ser ni será un lugar donde se realicen pruebas contra ninguna vacuna, pero ésta, desgraciadamente, no es una nueva idea. Muchos gobiernos occidentales experimentan en países africanos sus vacunas contra diversas enfermedades como el VIH, constituyendo una violación flagrante de los derechos humanos al no realizarse con el debido consentimiento informado. De hecho, uno de ellos, realizado en más de 17.000 mujeres de Zimbawe para prevenir la transmisión del VIH de madre a hijo, provocó que el riesgo de transmisión aumentara. De este modo, se llegó a transmitir a más de mil bebés.
Gambia, por otro lado, consiguió la independencia de Reino Unido en 1965, pero aún a día de hoy no ha podido independizarse de los laboratorios de experimentación y departamentos de investigación de su gobierno. Por no hablar de EEUU, donde la gran mayoría de los nuevos medicamentos comercializados no han sido probados dentro del país. La India, el Sudeste Asiático, el Caribe, África… son los lugares elegidos por la gran potencia para comprobar su eficacia.
¿Con qué finalidad? ¿Qué protocolos no quieren respetar? El problema se encuentra en que estas “vacunas gratuitas” son las únicas que se pueden permitir en estas zonas del continente, ya que las que se comercializan y que han sido testadas previamente en ellos mismos, son demasiado caras para que puedan acceder a ellas. Por lo tanto, no les queda “otra opción” que aceptar ser objeto de tales experimentos, sin ser informados debidamente de sus efectos secundarios o posibles consecuencias.
Esto ya se hacía en los campos de concentración nazis, donde se llevaban a cabo experimentos médicos dolorosos y a menudo mortales con sus prisioneros: judíos, gitanos, discapacitados prisioneros de guerra soviéticos… mediante la coacción y, obviamente, sin un consentimiento informado. A raíz de estos acontecimientos y tras los Juicios de Núremberg se creó el Código de ética médica de Núremberg, formado por diez principios que deben limitar la experimentación con seres humanos. El primero de ellos es el consentimiento voluntario del sujeto, algo que, en las zonas sin recursos del continente africano donde se realizan estos experimentos con vacunas no se produce. Esto se debe a que su situación de precariedad no les permite tomar una elección libre, y tampoco tienen los conocimientos necesarios para tomar una elección razonada.
Por lo tanto, la OMS no debería limitarse a repudiar las afirmaciones sobre experimentar o no en África, lo lógico sería que llevasen a cabo una política activa al respecto que acabe con estas prácticas propias de épocas coloniales y nada acordes a lo que debería darse en pleno Siglo XXI. África no es un laboratorio de experimentación, y aunque Occidente haya decidido que son “el Tercer Mundo” no son seres humanos de tercera, ya que el lugar donde naces no determina que seas más o menos humano ni que tengas más o menos derecho a vivir.
Cristina Celada Herrero
Línea Migrantes y Derechos de la Clínica Jurídica de Acción Social