Los primeros Flashes de bulbo se produjeron en Holanda por Philips en 1934. Se insertan un un dispositivo que puede ser parte de la cámara o acoplarse a la misma y que sirve para dispararlos. Los bulbos contienen diversos materiales, a menudo de magnesio o de circonio en alambre o lámina. Los primeros focos parecían bombillas domésticas, incluyendo una base de metal con un tornillo o bayoneta. Los costos se redujeron más tarde al hacer bombillas con los contactos de alambre que salen de la copa, eliminando la base. Pueden ser transparente o con tonalidad azul para dar una temperatura de color más cercana a la luz natural. Los AG-1 podían encontrarse en estas dos opciones, aconsejándose el azulado para película de color. Pueden comprarse aun en la actualidad. Este se habrá producido a finales de los 60.