CAMINO DEL AGUA

Por anamarcoshernandez en 07/11/2013 en Rutas

Se trata de un sendero circular con principio y fin en Mogarraz y pasando por Monforte de la Sierra y ser articula al frondoso valle por donde corren las aguas del arroyo de los Milanos de las Trincheras y el arroyo de Arromilano.

es un recorrido de 7.4 km.

Descripción del recorrido:

1.- A la salida del pueblo, y casi dejando atrás las últimas casas, tomaremos a la izquierda un hormigonado camino, señalizado por un poste indicador.

2.- El camino se convierte en un sendero que comienza atravesando varias huertas, en las cuales podemos contemplar los tradicionales pozos que recogen y aprovechan las aguas de las fuentes y que desde antiguo sirven para el riego. Poco a poco nos vamos introduciendo en un robledal y atravesamos el arroyo Bocino. Unos metros más allá, en la zona conocida como tras las Pasaeras de Bocino, encontramos la primera de las obras escultóricas : “K´oa” de Miguel Poza: dos grandes jaulas pajareras ubicadas en sendos peñascales, y desde cuyo emplazamiento podemos contemplar el pueblo de Mogarraz

3- A continuación alcanzamos el arroyo de los Milanos de las Tisneras, que atravesamos por el puente de Monforte, al otro lado del cual se sitúa la segunda de las obras escultóricas: “Serena” de Virginia Calvo, alegoría de una ninfa, con entramado metálico, cuya mitad del cuerpo parece estar clavado en la roca, mientras que su cola se eleva como queriendo buscar las alturas del bosque. Muy cerca mana una pequeñita fuente medio excavada en la roca.

4.- Continuamos la marcha y atravesamos un enorme robledal, pudiendo contemplar una panorámica de Mogarraz a través de algún que otro claro, y saliendo poco más allá a la carretera que conduce a Monforte de la Sierra. A la vera misma de la carretera se sitúa el mirador de Monforte, en donde está situada la tercera obra escultórica, que no lleva título, siendo su autor Alfredo Sánchez: una pieza de bronce sin clara forma definida, que pudiera asemejarse al tronco de un árbol, trabajado y pulido, y cuyos “nudos” hubieran sido vaciados quedando únicamente sus oquedades.

mirador desde donde se contempla Mogarraz

5.- Escasos metros nos separan de Monforte de la Sierra, a la entrada del pueblo tomamos a la entrada el señalado camino que comienza con hormigonado camino en descenso.

Poco a poco la bajada nos introduce en un frondoso bosque de robles, que alterna con algunos eucaliptos y pinos, entre los que encontramos terrazas y “ paredones” de viñedos y cerezos.

6.- Alcanzamos el cauce del Arroyo de Arromilano, que atravesamos por el puente de los Molinos, donde nos espera una primera parte de la cuarta obra escultórica : “ Siete sillas para escuchar” de Manuel Pérez de Arrilucea.

Continuando la ruta primero pasaremos por un ancho sendero atravesando el frondoso bosque, luego seguiremos el desvio indicado hacia Mogarraz comenzando con una prununciada bajada rocosa y en zigzag.

Al final de este pronunciado descenso se encuentra : El Puente Del Pontón, que atraviesa por el cauce del Arroyo Milano; solido y robusto puente de piedra medieval de tres ojos, cuyas dimensiones y porte nos dan pie a imaginar que antiguamente debió ser una via de comunicación de mucho transito e importante.

Aquí encontramos la segunda parte de la cuarta obra escultórica “ Siete sillas para escuchar” , de Manuel Pérez de Arrilucea; que no son varias sillas de metal alineadas, y de diferentes alturas y que son un buen luegar para que se descanse y contemplar el paisaje.

7.- Acto seguido afrontamos una prolongada subida y vamos dejando atrás la zona boscosa, para salir a una zona mas abierta de tierra de olivares, viñedos y cerezos.

Cuando ya empezamos a divisar a lo lejos las casas del pueblo, alcanzamos una explanada donde se situa el Mirador de Mogarraz, y donde está la última obra escultórica, denominada “ Cruz de Mingo Molino” de Florencio Maillo: una especie de torre construida con piedras y en el interior un cipres, en los pies de esta ahí una pequeña fuente.

A partir del mirador, el camino es una pronunciada subida que nos va introduciendo hacia la parte baja del pueblo para salir finalmente a su calle principal.

Opinión personal: invito a realizar este precioso recorrido porque merece la pena disfrutar de esos maravilloso parajes que nos encotramos en cada paso que damos por el recorrido, no hay un solo tramo que no tenga su belleza particular. La mejor época de realizarlo en mi opinión es en otoño y primavera.