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Experimentando en la USAL
 

Debate, posicionarse y respetar

¿En qué nos puede ayudar un recurso como el debate?

La Real Academia Española define el debate como:

Controversia: discusión de opiniones contrapuestas entre dos o más personas.

Sin embargo, esta definición se nos queda un poco pobre desde el punto de vista educativo. Según el Manual del Debate de la Junta de Andalucía, un debate es:

Un ejercicio dialéctico en el que existen dos posturas argumentadas, a favor y en contra, una discusión sobre un tema. Este acto comunicativo puede transformarse en una disciplina con reglas y principios propios que permite su utilización como instrumento pedagógico o metodología de enseñanza.

Como definición, no está mal, pero siguen quedando lagunas sobre cómo emplear este recurso en las aulas y qué puede aportar. Para conocerlo más a fondo, hemos vivido en primera persona una sesión de debate en las aulas de este máster que nos ocupa.

¿Cómo se desarrolla una sesión de debate?

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1. PREPARACIÓN

Para empezar se reparten los temas a debatir y se asigna un moderador y la posición a defender: a favor o en contra. No siempre vamos a defender la posición que realmente tenemos, ¿por qué? Porque es una vía de desarrollar un pensamiento crítico. Buscando argumentos contrarios a lo que realmente pensamos también puede ayudarnos a comprender otras posturas, a ponernos en el lugar del otro y a respetar el resto de opiniones.

Ponentes: Una vez asignadas posiciones, se deja un tiempo a los alumnos para que preparen el tema que tienen que defender, ya sea con búsqueda en noticias, artículos de interés, divulgación científica o incluso casos reales y prácticos. Esto permite que cada alumno prepare el tema por sí mismo, tomando puntos importantes y seleccionando la información relevante, mejorando sus capacidades críticas con la información a la que acceden en Internet.

Moderador: también debe preparar su postura, debe ser imparcial, otorgar a cada participante su turno, controlar que todos los participantes dispongan del mismo tiempo para exponer sus ideas, asegurarse de que se respetan los turnos y que se mantiene una actitud respetuosa por parte de todos los ponentes. Debe ser capaz de presentar el tema, estar informado con respecto al tema para poder seguir el debate y proponer puntos críticos que pueden interesar y, finalmente, realizar un resumen para los oyentes con las conclusiones que resumen el debate.

De esta manera, durante el proceso de preparación, moderador y ponentes desarrollan dos competencias: la competencia digital, mediante el uso de la tecnología y distintos medios para encontrar información y la competencia de aprender a aprender, mediante la creación de su propio material a partir de los recursos encontrados.

2. DESARROLLO DEL DEBATE

debate 2

Una vez preparado el tema, el moderador presenta el tema sobre el que se va a debatir y asigna turnos alternativamente a los integrantes de cada posición (a favor/en contra). El moderador ha de ser neutral y presentar el tema de modo adecuado para que los oyentes dispongan de una información introductoria sobre el tema a tratar. Los ponentes deben defender su postura en un intervalo de tiempo asignado y previamente conocido, sin ofender al contrario y exponiendo su información desde el respeto.

¿Qué se consigue con esto?

1. Desarrollo de las habilidades comunicativas. Los alumnos pierden el miedo a hablar en público, aprenden tanto a preparar su presentación previamente como a improvisar para rebatir la respuesta del contrario.

2. Desarrollo del espíritu crítico. Se aprende a seleccionar información de diferentes fuentes y a discernir. Además, se aprende a crear una opinión personal respecto a un tema, ya que escuchan ideas contrapuestas bien argumentadas y pueden darse cuenta cuál encaja más en su forma de pensar.

3. Se aprenden contenidos de una forma diferente, ya que, al escuchar a sus compañeros hablar sobre un tema concreto que se han preparado y que están defendiendo con argumentos y datos, se puede seleccionar información.

Los debates también se pueden desarrollar virtualmente, como los foros de Moodle, pero la esencia real del debate se pierde, ya que no se impone el tú a tú, el defender las opiniones cara a car y el respeto en persona, ya que detrás de una pantalla, puede que todas estas normas no se cumplan y no se adquieran estas capacidades buscadas.

¿Cómo se evalúa?

La forma más sencilla es probablemente el uso de una rúbrica en la que se reflejen aquellos aspectos críticos que deben estar presentes en el debate y se de una valoración a cada elemento. Por ejemplo, aspectos a valorar serían:

  • Ponentes bien informados acerca del tema y la postura a defender, presentando argumentos razonables e información relevante
  • Uso de diversas fuentes de información
  • Claridad en la expresión
  • Respeto en los turnos y los tiempos
  • Tolerancia con las opiniones contrarias a la propia

Si el alumno cumple con todas las exigencias supuestas en la rúbrica, habrá logrado el aprendizaje perseguido con esta metodología.

A modo de conclusión, el debate es una herramienta como otras muchas que hemos ido conociendo a lo largo de este máster. Es un recurso muy útil para mejorar las habilidades comunicativas de los alumnos, el respeto a los compañeros y la tolerancia a las ideas contrapuestas, valores que a veces desaparecen en las aulas y desarrollar pensamiento crítico.

Sin embargo, no debemos olvidar que un debate no es un sustituto de otra metodología, sino un recurso que ayuda a dinamizar el aula y trabajar/repasar contenidos ya adquiridos para asimilarlos mejor y conseguir un aprendizaje significativo.

Espero que esta entrada os haya resultado útil para aprender un poco más sobre el debate en el entorno académico como recurso educativo.

¡Hasta pronto!

acriado

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