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Experimentando en la USAL
 

Creatividad, vamos a experimentar

La creatividad es tan importante en la educación como la alfabetización y deberíamos darle el mismo valor. 

Si  no estás dispuesto a equivocarte nunca se te va a ocurrir nada original.

            Ken Robinson

Captura

Actualmente, la escuela desarrolla la capacidad lógico-matemática y la capacidad lingüística por encima del resto de capacidades. Pero, ¿qué pasa con las habilidades relacionadas con la creatividad? ¿Por qué no practicamos estas habilidades al mismo nivel que lengua o matemáticas? La sociedad está en constante cambio y la tecnología está en un momento clave, vivimos en la era de la revolución tecnológica, no sabemos qué tipo de trabajos surgirán en unos años, pero la educación hasta hace unos años, seguía inerte a todos esos cambios. En los últimos años, los colegios se han empezado a hacer eco de la importancia de la innovación, de la incorporación de las TICs, del desarrollo de la creatividad y de individualizar la educación. Debemos ayudarles a desarrollar la creatividad, puesto que es la habilidad de la que tendrán que echar mano para desenvolverse en un futuro plagado de cambio constante y de necesaria adaptación continua.

Pero, ¿cómo fomentamos la creatividad en el aula? No es nada fácil. Algunos pequeños consejos se basan en plantear problemas abiertos, en los que no haya una única solución correcta o problemas que se salgan de los casos habituales, para que busquen la excepción sin miedo a equivocarse.

Por ejemplo, en clase vimos el siguiente problema, donde teníamos que buscar el dato que nos pareciese extraño:

CaidaLibreProblem

El dato de la velocidad a primera vista resulta extraño. Si un paracaidista cae en caída libre, ¿cómo es posible que caigan en una velocidad constante? ¿No es un movimiento rectilíneo uniformemente acelerado? La respuesta está en las fuerzas que intervienen. En caída libre, el paracaidista experimenta una fuerza hacia abajo debida a su peso. En sentido contrario experimenta una pequeña fuerza de empuje y la fuerza de rozamiento. Cuando alcanza una velocidad de caída suficientemente alta, la fuerza de rozamiento es tan alta que llega a igualar a la fuerza ejercida por el peso, de manera que se equilibran las fuerzas y deja de existir aceleración. Se ha alcanzado la velocidad límite y el paracaidista experimenta a partir de ese momento un movimiento rectilíneo uniforme.

Curioso, ¿verdad? Si nos empeñamos en buscar la solución matemática, habríamos llegado a la conclusión de que es imposible que alcance una velocidad constante, pero la realidad nos dice que sí. Por tanto, necesitamos conocer la realidad y ser lo suficientemente creativos como para buscar respuestas que se salgan de lo habitual.

Por ello, nos planteamos la relación teoría-práctica.

¿Cómo aprendes más? ¿Con ejemplos prácticos o con conceptos?

Ambas cosas son igual de importantes, pero curiosamente se suele dedicar mucho más tiempo a conceptos y muy poco o incluso nulo a ejemplos prácticos. Si aprendemos mejor cuando podemos relacionar los conceptos, sobre todo si son abstractos, con una experiencia sencilla, no tiene mucho sentido dejar la práctica a un lado, ¿verdad?

Con ejemplos realmente sencillos, podemos ayudar a los alumnos a comprender la fuerza centrífuga, por ejemplo. ¿Cómo podríamos levantar de la mesa una pelota dentro de un tarro de cristal, sin tocar esa pelota? Muy sencillo, girando. Al girar el tarro de cristal, la fuerza centrípeta hace que la pelota se desplace en círculos por las paredes del tarro. Esta fuerza empuja la pelota hacia arriba, de manera que asciende de la mesa y permanece formando esos círculos en el aire, ¡SIEMPRE QUE NO DEJEMOS DE GIRAR EL TARRO DE CRISTAL!

Como curiosidad, os dejo en enlace a un experimento muy interesante que podemos probar fácilmente en casa:

Parece fácil, ¿no?

 

 

Fuentes consultadas:

https://youtu.be/-np-1YQI1xY

https://youtu.be/SbPGBAaAw8I

acriado

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