Activistas chinos apoyan la denuncia del buscador
Ya se habla de una ciberguerra lanzada presuntamente por espías informáticos chinos, que desde el pasado mes de diciembre han conseguido atacar los servidores de una treinta de empresas estadounidenses como Google, Adove y una subcontrata de defensa del gobierno. Esta intrusión llevó a Francia y a Alemania a aconsejar a sus ciudadanos que no usaran Internet Explorer debido a los fallos de seguridad que presenta. Microsoft, con un 62% de cuota de mercado, ha reaccionado rápido y ha decidido parchear su navegador como medida de emergencia y recuerda que ya existe una versión actualizada: Internet Explorer8.
Google, el motor de búsqueda más popular del mundo, ha declarado esta semana que está pensando en retirarse del mercado chino debido al ataque en su red que tuvo como consecuencia el robo de su propiedad intelectual. Según los analistas de seguridad el malware usado es una modificación del troyano Hidraq, el cual una vez en el ordenador permite el acceso no autorizado. La sofisticación del ataque estaba en el conocimiento de a quién se atacaba, no en el programa en sí. Por ello las miradas se han dirigido a empleados de Google China como principales sospechosos pero la investigación sigue en marcha. Lo que los analistas afirman casi con total seguridad es que el ataque es producto de hackers chinos, ya que han encontrado en misterioso algoritmo CRC (Comprobación de Redundancia Clínica) que al parecer es prácticamente desconocido fuera de ese país.
Por su parte el viceministro de información chino asegura que los hackers son estudiantes aficionados a la informática, no espías ni soldados del ejército nacional y que seguramente su intención no era causar daño. Señaló que “no es justo decir simplemente que son cometidos por un país contra otro”, sino por acciones individuales de los “hackers”. Además contraatacan sacando a la luz las intrusiones que han sufrido ellos en Baidu, su principal buscador, mediante el cual quienes digitalizaban Baidu.com eran redirigidos a un sitio perteneciente a un grupo autodenominado “Iranian Cyber Army”.
El presidente Barack Obama también se ha pronunciado al respecto, exigiendo respuestas al gobierno Chino y sumándose a la vez a la última disputa entre Pekín y Washington por el tema de las libertades cibernéticas
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