Apuesta por la escuela pública

El incremento de alumnos egresados de escuela pública en la UPR es una buena noticia para el sistema de educación pública de Puerto Rico, pues constata que si distintas agencias unen fuerzas es posible un resultado positivo y abre paso a futuros proyectos.

Esta noticia es un rayo de luz en medio de la desilusión colectiva que se vive en el país.

Al contrario de lo que muchos tal vez piensan, el objetico de eliminar las pruebas puertorriqueñas e impartir otras más acordes con la realidad del estudiantado puede ser una oportunidad para implantar un instrumento de medición efectivo, pues el actual no funciona.

Por otra parte éstas dirigirán el interés de los estudiantes, pues las mismas tendrán un propósito, lo que puede incidir positivamente en los resultados.

Con la implementación de estas nuevas pruebas es más lo que se podría ganar que perder, pues la realidad es que las actuales pruebas no motivan a los estudiantes.

Dentro del panorama se ha de añadir el horario de emergencia con el que corren muchas escuelas por motivos de la sequía. Pese a ser una medida a corto plazo, el mismo presenta una oportunidad para evaluar el desempeño de los estudiantes bajo un horario reducido, ya que, después de todo, cantidad no siempre implica calidad.

Los últimos tiempos han sido intensos para el sistema público de educación de Puerto Rico, con altas y bajas, y sin embargo, hay que hacer de tripas corazones y utilizar las oportunidades que ofrece la crisis para desarrollar un nuevo modelo educativo puertorriqueño.

El capital humano lo tenemos, sólo falta dirigirlo por el camino adecuado y proveerle los recursos básicos para que exploten su potencial. Al final del camino, ciudadanos bien formados contribuyen a la estabilidad de un país.

Columna publicada en el periódico El Nuevo Día el 10 de septiembre de 2015

 

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