La sierra de Ayllón o macizo de Ayllón, situada entre las provincias de Guadalajara, Segovia y Madrid, es una de las sierras orientales del Sistema Central español.
Linda al oeste con las sierras de Somosierra y del Rincón, al este con las de Pela y Alto Rey, al norte con la submeseta Norte y al sur con la Campiña de Guadalajara.
De sus montañas nacen los ríos Jarama y Sorbe, así como otros menores como el Jaramilla, Berbellido, Sonsaz o del Ermito. En sus valles crecen los hayedos más meridionales de Europa —Tejera Negra, La Pedrosa y Montejo—, sin faltar en su flora el chaparro, roble y el pino silvestre. En su fauna podemos encontrar lobos, buitres y pequeños mamíferos. En buena parte de su territorio se extiende la Reserva Nacional de Caza de Sonsaz.
Evolución geológica
La evolución geológica de la sierra de Ayllón viene marcada por dos grandes plegamientos: por un lado, la orogenia herciniana, hacia el Silúrico, cuando se forman cordilleras en toda la Europa occidental mediante enormes masas magmáticas que dan lugar a rocas graníticas, gneises y pizarras, principalmente, y la erosión del agua marina que por entonces ocupaba gran parte de la península Ibérica; por otro lado, la orogenia alpina desde el período Terciario que volvió a elevar las cordilleras del Sistema Central y cuando se establece la red hidrográfica actual formando los valles y las siluetas de las montañas. La última glaciación afectó en parte al macizo de Ayllón formando algunos circos glaciares como los que se encuentran en la fuente del río Berbellido, junto al pico del Lobo, y en la peña Cebollera Vieja.
Zonas litológicas
Así mismo, la sierra de Ayllón queda dividida en tres grandes zonas litológicas dependiendo del tipo de roca que predomina en cada una:
Zonas graníticas
De oeste a este, desde el puerto de Somosierra hasta el Cervunal, y de norte a sur, desde Riaza hasta el puerto del Cardoso, siguiendo la orilla derecha del río del Ermito, abunda el granito entre las rocas que forman las montañas de esa zona de la sierra de Ayllón.
Zonas gnéisicas
El gneis es, sin embargo, la roca menos extendida de las tres predominantes en la sierra de Ayllón. Forma sobre todo en la zona de El Cardoso de la Sierra hacia el sur hasta que el río Jarama hace de linde natural entre la sierra de Ayllón y la Campiña.
Zonas pizarrosas
La pizarra es la roca más vista en el macizo de Ayllón, además de ser la típicamente usada en las construcciones de los pueblos de la zona. Igualmente las zonas pizarrosas se pueden clasificar según es el tipo de pizarra que da forma:
- La pizarra arcillosa se extiende en varios cordeles de la sierra: desde El Cardoso de la Sierra hacia el pico del Lobo, y de allí hacia el puerto de la Quesera.
- La pizarra oscura es propia de la vertiente norte del macizo correspondiente con las provincias de Segovia y Soria, desde el pico de la Buitrera hasta Grado del Pico. Muchas de estas zonas se mezclan con areniscas y aglomerados del Triásico y del Neógeno. Abarca también una zona más amplia desde el río Sonsaz hacia el sur.
Se distinguen tres unidades de relieve que forma el macizo de Ayllón: la penillanura, unas zonas de superficie ondulada situadas en los extremos del macizo, principalmente al norte y al sur; los valles, en el norte cortos y en el sur muy largos y estrechos, dejando poco lugar a las vegas, y la sierra propiamente dicha. La sierra se distribuye en un cordal principal, que recorre de oeste a este todo el norte de la sierra, y tres cordales secundarios, que salen del principal de norte a sur.
Cordal principal desde el hayedo de Tejera Negra.
- El cordal principal recorre todo el norte de la sierra de oeste a este, desde la peña Cebollera, por el Cervunal, el pico del Lobo, el puerto de la Quesera, la peña de la Silla, el Parrejón y el pico de la Buitera, hasta que, perdiendo mucha altitud, enlaza con la sierra de Pela entre Grado del Pico y Villacadima.
- El cordal de la Cebollera es el más occidental enclavándose entre el Madarquillos y el Jarama. Se inicia en la Cebollera Vieja hacia el Cabeza del Tempraneigo y se divide en dos descendiendo hacia el sur por el Cuchar Quemado, el alto de la Fuente de Cabezuelas, la Cebollera Nueva, el cerro de la Porrilla y el alto de la Dehesa de Horcajuelo hasta la peña la Sisa y el pico de la Dehesilla, en la zona de Horcajo, Horcajuelo y Montejo, por un lado, y por el collado de las Nieves, el cerro de Recuenco, la sierra de Escalba, el puerto del Cardoso, el pico de las Bañaderas, el puerto de la Hiruela y el alto del Porrejón, por otro lado.
- Los cordales centrales quedan divididos por el río Jarama quedando al norte entre éste y el Jaramilla y al sur entre el Jarama y el Lozoya. Son montañas, por lo general, de menor altura. Los componen varias lomas:
- Una recorre desde el Cevurnal hacia la Majada de los Carneros, el Cabeza Pinillo, el Cerrón y el Santuy hasta orillas del río Barbellido.
- Otra, desde Las Peñuelas desciende por La Cebosa y el pico del Águila, la Morra del Segoviano, la Cabeza Grande, el Cerrajo y el cerro de Corralejo hasta la desembocadura del Jaramilla en el Jarama.
- Al sur quedan las menores elevaciones, distribuidas anárquicamente, tales como el cerro San Cristóbal, el pico de la Tornera, el pico de la Centenera, el Cabezas y el Palancar.
- El cordal oriental es el más importante de los cordales secundarios. Aunque sólo el pico Ocejón supera los 2.000 m. de altitud, la mayoría de sus montañas se elevan en torno a los 1.700 y 1.900 m. Son varias lomas las que, igualmente, forman este cordal:
- La loma principal es la que forma la sierra del Ocejón. Desde el pico del Granero, la Tiñosa, el Corralón y la Atalaya se extiende entre los ríos Jaramilla y Sonsaz hacia el sur por el Cabezo de San Pedro, el Regajo de las Yeguas, el Cerrito Collado, el Campachuelo, el Campo y el pico Ocejón.
- La loma del Pinarejo desde el Atalaya hacia el sureste por el Cabeza Arca y el Pinarejo hasta las orillas del Sorbe. Surgen de si otras lomas menores como la de las Llanadas y la del Bubillejo.
- La loma de la Torrecilla es el centro del hayedo de Tejera Negra, formando la orilla derecha del río Lillas. Del Cervunalillo por el alto de la Escaleruela y el alto del Hornillo hasta donde el Sorbe toma nombre.
El clima de montaña de la sierra de Ayllón está marcado por dos factores fundamentales: por un lado, la latitud, marcando el carácter mediterráneo con veranos calurosos y escasos en precipitaciones; por otro lado, la orientación del macizo provoca la intercepción de las borrascas de origen atlántico trayendo consigo una mayor pluviosidad en las laderas septentrionales que en las meridionales. Este segundo factor, unido a que las laderas norte reciben menor cantidad de luz solar y, por tanto, mantienen menor temperatura, da lugar a que se acumule mayor cantidad de nieve en invierno en éstas que en las meridionales.
Las mayores precipitaciones se producen en invierno, normalmente en forma de nieve, coincidiendo con el verano una larga época de sequía. Anualmente se llega a recoger entre unos 800 y 1.000 mm de media.
Los meses más fríos corresponden con los centrales del invierno, diciembre y enero, y en aquellas épocas en las que se acercan olas de frío de Europa Central que provocan intensas nevadas hasta alturas relativamente bajas. La temperatura media mínima alcanzada en invierno se sitúa en torno a los 2 o 3 °C en los valles; la temperatura media máxima es alcanzada en los meses de julio y agosto en torno a los 15 °C. La amplitud térmica en épocas otoñales y primaverales puede llegar a ser muy amplia, con días agradables y noches extremadamente frías en algunos casos, agudizándose en el fondo de los valles. El número de días con helada varía entre los 50 y 150 según se encuentre en la ladera meridional o septentrional.
Desde la sierra de Ayllón se vierten aguas a dos grandes cuencas: la del Duero, al norte, y la del Tajo, al sur.
Cuenca del Duero
Son las últimas estribaciones de la sierra la que vierte aguas hacia la vertiente septentrional. Los ríos y arroyos vierten sus aguas directamente de la montaña al valle, por lo que son, por lo general, cortos y poco caudalosos. Dos ríos destacan sobre los demás, el Duratón y el Riaza, los cuales ambos desembocan en el río Duero tras un largo recorrido. Son excepción. El resto de las corrientes fluviales vierten sus aguas en estos dos ríos principales.
Río Duratón
Pese a que no empieza a tomar forma hasta que por Sepúlveda se une con los ríos Caslilla y de la Hoz, el río Duratón, que nace en las faldas meridionales por el lado de Madrid de la Cebollera Vieja, va recibiendo aguas por su orilla derecha de pequeños arroyuelos que nacen en la sierra de Ayllón. Desde la falda norte de la Cebollera Vieja recibe aguas de dos riachuelos que suelen secar en verano en buena parte de sus tramos, el Cerezuelo y el Serrano, nacientes los dos en las faldas del pico del Lobo.
Río Riaza
El Riaza nace cerca del puerto de la Quesera y recibe aguas de la sierra de Ayllón principalmente también por su orilla derecha. Sus afluentes son más largos, aunque igualmente de poco caudalosos. Destacan entre todos el río Aguisejo, que nace en las cercanías de Villacadima y recibe a su vez aguas de otros arroyos menores entre los que se encuentran el arroyo Vadillo, por un lado, que tras nacer en el hayedo de la Pedrosa bajo la Mesa Peñota va a vertir sus aguas en la orilla izquierda del río Aguisejo, y el río Cobos, que tiene su fuente en la Majada de la Sierra, una de las últimas estribaciones norteñas del macizo de Ayllón.
Son, así, el río Duratón y el río Aguisejo los que limitan de oeste a este por el norte el macizo de Ayllón.
Cuenca del Tajo
La vertiente meridional de la sierra de Ayllón, la que vierte aguas a la cuenca del Tajo, nace en las faldas de los septentrionales norteños del macizo, evidentemente, por mediodía. Es bastante más complicada que la vertiente septentrional y los ríos y arroyos, mucho más largos, recorren tortuosamente encajonados entre montañas, dando lugar a barrancos y hoces, hasta desembocar en los dos principales ríos de la zona: el Jarama y el Sorbe.
Río Jarama
Nace a pies de de la Cebollera Vieja y los mayores afluentes los recibe por su orilla izquierda, extendiéndose su cuenca desde la loma de la Cebollera hasta la sierra del Ocejón. Muchos de ellos, incluido el propio Jarama, erosionan la roca hasta crear profundos barrancos, permitiendo que sean algunos de ellos propicios para el levantamiento de presas como son la del Vado o la proyectada pero ni siquiera iniciada de Matallana. Los principales afluentes del Jarama por la sierra de Ayllón son el río del Ermito, que tiene su fuente bajo el Cervunal; el río Barbellido, que nace en el pico del Lobo y pasa por Bocígano; el río Jaramilla, que tras surgir bajo el puerto de la Quesera deja una profunda y hermosa hoz hasta su desembocadura; el arroyo Vallosera, que nace en el pico de la Tornera y que tras horadar un desfiladero en la zona de La Vereda desemboca en el pantano de El Vado, junto a las ruinas de El Vado, y el arroyo del Soto, unión de varios arroyos menores que bajan del Ocejón y dejan entre éste y el Cabeza de Ranas un vallejo donde se asientan Majaelrayo, Robleluengo, Campillo, El Espinar y Roblelacasa.
una imagen del río Jarama
Río Sorbe
El río Sorbe es linde natural entre las sierras de Ayllón, a su orilla derecha, y de Alto Rey, a su orilla izquierda. Es el resultado de la unión de dos ríos menores en el paraje denominado Junta de los ríos, entre barrancos surgidos en las faldas del alto de las Cabras y de la peña del Osar, en el lado de Alto Rey, y de la peña de Pinarejo, en el lado de Ayllón. Desde la sierra de Pela, al norte, con fuentes entre el Ribalópez y El Portillo, el arroyo de la Dehesa o río Sorbe de Galve, que deja un amplio vallejo donde se asientan Cantalojas y Galve de Sorbe. Desde el hayedo de la Tejera Negra, al oeste, baja el río Lillas que nace bajo el pico de la Buitrera y que a su vez recibe aguas de otro afluente con caudal durante todo el año, el río Zarza o arroyo de la Hoz, que atraviesa igualmente Tejera Negra tras nacer bajo el alto del Parrejón. Tras unirse ambos ríos y surgir así el Sorbe, río con bastante caudal en épocas lluviosas y de deshielo, atraviesa entre profundos cortados hasta el embalse de Beleña y dejando entre los montes el azud Pozo de los Ramos. El Sorbe desemboca entre Alarilla y Humanes, bajo la Muela de Alarilla, en el Henares.
Junto con el Lillas y el arroyo de la Dehesa, el Sorbe recibe aguas desde la sierra de Ayllón de otros tres afluentes con caudal permanente, que siguen igualmente caminos sinuosos y dejan profundos cortados en sus recorridos. Más al norte, el río Sonsaz, que da nombre a la extensa reserva de caza que se engloba a gran parte de los valles y montañas de la sierra de Ayllón. Nace bajo el Atalaya y sigue un sinuoso camino entre montañas hasta desembocar en el Sorbe entre la peña del Pinarejo y la loma de las Piquerinas. Al norte del Ocejón nace el arroyo de la Chorrera, que pasa por Valverde y deja en su camino las chorreras de Despeñalagua antes de desembocar. Y bajo la falda sur del Ocejón el río Seco o barranco del Covachón, que pasa por Palancares.
FAUNA
La caza ha sido incesante en la sierra de Ayllón desde tiempos ancestrales, lo que ha provocado la desaparición en la zona de varias especies como el oso, que estuvo presente seguramente hasta el siglo XVIII, o el lobo, presente hasta los años sesenta del siglo XX y que en los años 2000 parece que vuelve a tener presencia en el macizo.
Hoy la Reserva Nacional de Caza de Sonsaz, que extiende sus 68.106 ha. por gran parte de la sierra, y los hayedos de Tejera Negra y de Montejo son perfecto refugio de la fauna salvaje de la zona. Según la situación en el macizo se pueden encontrar distintas especies animales:
- En las zonas de ribera los anfibios e insectos abundan por doquier y con ellos pequeñas aves como el mirlo acuático, el ruiseñor y el martín pescador. Si el caudal del río es constante se pueden observar nutrias.
- Entre encinas y sabinas destaca el conejo, presa de diversas rapaces. También se encuentran en estas zonas otras aves como la abubilla, la paloma torcaz, la perdiz y el rabilargo.
- En media montaña entre robles y pinos habitan abundantes aves tales como el pinzón, el carbonero, el herrerillo, el reyezuelo trepador, el picapinos y el arrendajo. También para mamíferos como el corzo, el jabalí y el zorro, que se adaptan igualmente a otras zonas de la sierra. La media montaña también es propicia para los animales nocturnos como el gato montés, el tejón y la garduña y aves como el cárabo, el autillo y el búho real.
- En las partes altas la chova, el cuervo, la collalba, el acentor y el roquero, así como el buitre leonado y el águila real[7] en las zonas más rocosas.
Entre los insectos cabe destacar la gran diversidad que de los mismos existe en el macizo de Ayllón. Numerosas especies de lepidópteros, coleópteros, himenópteros y dípteros se pueden observar en toda la sierra, algunos de ellos autóctonos y exclusivos de la zona.
FLORA
Muchos son los ejemplos de vegetación que se pueden encontrar en la sierra de Ayllón, si bien los bosques no son muy extensos por la incesante mano del hombre que durante siglos ha ido obteniendo leña y carbón vegetal y ha ido abriendo pastos para la ganadería, en su mayoría trashumante.
Se pueden encontrar distintas vegetaciones establecidos en tres pisos bioclimáticos: uno meso mediterráneo por debajo de los 1.000 m. y que domina la encina; otro supra mediterráneo entre los 1.000 y los 2.000 m. donde predominan los robles y, según que zonas, las hayas, y otro oro mediterráneo por encima de los 2.000 cubierto por piornos, brezos, jaras, estepas y enebros, principalmente. Las laderas septentrionales, al gozar de más precipitaciones, muestra mayor extensión de robledales y hayedos, mientras que en las laderas meridionales se extienden mayormente los encinares. A su vez, durante la segunda mitad del siglo XX se han realizado numerosas repoblaciones forestales, más o menos afortunadas en el paisaje, mediante pinos silvestres y pinos negros.
Por tanto, el roble, la haya, el abedul, el pino y, en menor medida, la encina y la sabina, son los árboles que más frecuentemente se pueden encontrar en el macizo.
Roble
Pese a la gran explotación que han sufrido los robledales en la sierra de Ayllón por su valor maderero, la extensión de pastos y el carboneo, sigue siendo el roble el árbol más extendido del macizo. Se encuentran en la zona dos tipos de robles:
- El roble melojo o rebollo de hoja marcesante, es decir, aquél que mantiene seca su hoja en las ramas durante el invierno, y que se extiende, sobre todo, por toda la vertiente norte de la sierra y por la zona marcada por los ríos Berbellido y Jarama.
- El roble albar de hoja caduca, escaso en la zona, si bien se ven algunos ejemplares en el hayedo de Montejo.
Hayas junto al Jarama en Montejo.
Haya
Pese a que la haya no es el árbol más extendido en el macizo de Ayllón, los hayedos de la zona si representan el hecho singular de ser los más meridionales de Europa, lo que ha provocado que estén protegidos. Los hayedos de la zona se enclavan en tres bosquejos:
- El Hayedo de Montejo, con 250 ha, se sitúa en la orilla derecha del Jarama, en la provincia de Madrid, y se conservan algunos ejemplares de hayas rodeados de robles, tejos, fresnos, acebos, servales, abedules y manzanos silvestres.
- El Hayedo de la Pedrosa, el menor de los tres con 87 ha, está en el entorno del puerto de la Quesera por el lado de la provincia de Segovia y está formado por hayas de mediana edad.
- El Hayedo de Tejera Negra extiende sus 1.391 ha bajo la loma formada entre el pico de la Buitrera y el Parrejón, en la cabecera de los ríos Lillas y Zarza, en la provincia de Guadalajara. Está formado por hayas jóvenes pues el bosque fue talado en gran parte en los años 60 del siglo XX, siendo difícil encontrar algún ejemplar centenario. De todas formas, se ha recuperado bastante bien y va ganando extensión y terreno a la repoblación de pino silvestre. Está protegido como Parque Natural.
Abedul
El abedul tiene una presencia ciertamente pequeña en la sierra de Ayllón. Por su resistencia al frío y porque puede crecer en suelos pobres se pueden encontrar en las zonas altas de algunos ríos. Destaca como buen ejemplo el abedular de Somosierra.
Pino
La extensión del pino en la zona corresponde principalmente a unas políticas de repoblaciones en la segunda mitad del siglo XX por su rápido crecimiento, el alto valor de su madera y su gran amplitud geológica. Tres son las clases de pinos que repueblan la sierra: el pino silvestre, principalmente, el pino negro y el pino laricio. También la humedad del otoño hace propicio en los pinares la proliferación de gran cantidad de hongos, destacando por encima de todos el níscalo.
Encina y sabina
Los encinares ocupan las zonas de solana de los valles, destacando los ejemplos de Tamajón, Valverde y Umbralejo. La sabina, pese a ser una árbol mediterráneo, se adapta a condiciones climáticas continentales. En los alrededores de Tamajón y de Galve de Sorbe se pueden apreciar buenos ejemplos de sabinares.
Matorral y pastos
La degradación de los bosques, los cultivos abandonados y los incendios forestales que tiempo se dieron favorecieron a la extensión de matorrales y pastos, buenos éstos para la alimentación del ganado. Dependiendo de la altitud y la exposición de la ladera puede encontrarse piornos, enebros, brezos, codesos, hiniestas o jaras.
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