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Universidad de Salamanca
Jaume Masip
Department of Social Psychology and Anthropology
 
Bisagra

Study Results

 

Feedback de los Experimentos 3a y 3b

Título del Proyecto: Verificación de coartadas.

Investigador responsable: Jaume Masip (Universidad de Salamanca, España).

Equipo investigador:

  • Ana Isabel Jiménez González (Universidad de Salamanca, España).
  • Iris Blandón-Gitlin (California State University, Fullerton, EE. UU.).
  • Carmen Herrero (Universidad de Salamanca, España).

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El estudio en el que participó forma parte del proyecto de investigación titulado “Verificación de coartadas”. En dicho proyecto, examinamos:

(a) Qué estrategias utilizan las personas sospechosas de haber cometido un delito para parecer más convincentes.

(b) Cómo se perciben dichas estrategias.

(c) Cómo puede la policía diferenciar entre coartadas verdaderas y falsas.

Existe la visión de que si un sospechoso de un delito da respuestas verificables (es decir, que se puedan comprobar) a la policía cuando le pregunta sobre su coartada, entonces probablemente sea inocente (y no culpable). No obstante, si bien esto pudiera ser cierto en determinadas circunstancias (como han mostrado estudios previos), puede no serlo cuando el delito es leve. Nuestro objeto al llevar a cabo este proyecto es comprobarlo.

Partimos de los siguientes argumentos:

(a) Si el delito es leve, el culpable puede entender que la policía no va a emplear tiempo y recursos verificando la coartada. En consecuencia, con el fin de librarse de la policía, puede optar por ofrecer una respuesta que parezca verificable sin serlo (por ejemplo: “Yo no fui, pueden comprobarlo revisando las cámaras de seguridad”, sabiendo el sospechoso que no hay cámaras), ya que las respuestas aparentemente verificables pueden resultar más convincentes.

(b) Por su parte, la investigación previa muestra que los inocentes tienden a pensar que si no han hecho nada no deben preocuparse, pues la verdad acabará saliendo a la luz. En consecuencia, incluso aunque carezcan de una coartada, cabe esperar que no recurran a respuestas falsas aparentemente verificables.

Hemos llevado a cabo cuatro experimentos. Aunque usted participó en uno de los dos últimos, creemos importante resumir aquí también los Experimentos 1 y 2 para que pueda entender el sentido del experimento en el cual participó.

Experimento 1. Los participantes adoptaron la perspectiva de los sospechosos de unos delitos ficticios de carácter leve descritos en unos breves escenarios hipotéticos. En tales escenarios, la policía preguntaba al sospechoso sobre su posible implicación en el delito. Los participantes debían ponerse en el lugar de un sospechoso culpable o de un sospechoso inocente y entonces, para cada delito, debían escoger una de dos opciones de respuesta para convencer a la policía de su inocencia:

(a) Una respuesta pseudoverificable: Parece verificable (comprobable), pero en realidad no lo es. Por ejemplo: “Yo no fui, pueden comprobarlo revisando las cámaras de seguridad”, sabiendo el sospechoso que no hay cámaras.

(b) Una respuesta claramente no verificable, que era la verdad para los inocentes. Por ejemplo: “Yo no fui pues estaba en el baño”.

Tal como habíamos predicho, los participantes culpables escogieron la respuesta pseudoverificable mucho más a menudo que los inocentes.

Experimento 2. Los participantes adoptaron el rol de un policía que intentara esclarecer los delitos del Experimento 1. Leyeron una descripción de cada delito de dicho experimento seguida de una de las dos posibles respuestas ofrecidas por el sospechoso: la pseudoverificable o la no verificable. Su tarea consistía en señalar el grado en que el sospechoso era culpable o inocente. Los datos muestran que los participantes juzgaron al sospechoso como más inocente cuando ofrecía respuestas pseudoverificables que cuando estas eran no verificables. En otras palabras, si bien los culpables tendieron más que los inocentes a dar respuestas pseudoverificables (Experimento 1), las respuestas pseudoverificables se percibieron como indicadoras de inocencia, no de culpabilidad (Experimento 2).

Experimentos 3a y 3b. Para que los sospechosos de delitos leves puedan emplear respuestas pseudoverificables, deben ser capaces de inferir que el delito es leve y que la policía no comprobará su coartada. Examinamos estos aspectos mediante el Experimento 3a. Además, los delitos de los Experimentos 1 y 2 pretendían ser leves. Sin embargo, al redactar los materiales del Experimento 3a advertimos que, en tales experimentos, apenas habíamos proporcionado información sobre circunstancias agravantes y atenuantes. Ante la ausencia de dicha información, puede que los participantes hubieran interpretado los delitos como de cierta gravedad. Mediante el Experimento 3b, quisimos verificar que los delitos de los Experimentos 1 y 2 se perciben ciertamente como leves y que la gente cree que la policía no los verificaría.

     Experimento 3a. Participaron 11 mujeres y 26 hombres (M edad = 36.11 años, DT = 10.82, Mdn = 35.00, rango: 18-58 años) de la población general de España, reclutados a través de la plataforma Prolific (https://www.prolific.com/). Leyeron 36 breves escenarios en los cuales la policía sospechaba que una persona había cometido un delito. Esa persona lo negaba y proporcionaba una coartada no especificada. Para cada escenario, los participantes señalaron en una escala de 1 a 6 la medida en que, en su opinión, la policía intentaría verificar dicha coartada. La mitad de los delitos eran leves (con penas de multa de poca consideración) y la otra mitad graves (con penas de cárcel o cárcel y multa). Todos los delitos se seleccionaron a partir del Código Penal u otra legislación.

Tal como habíamos anticipado, los participantes consideraron que la policía tendería más a verificar las coartadas de delitos graves (Mdn = 5.33) que las de delitos leves (Mdn = 2.83). Una prueba de rangos con signo de Wilcoxon indicó que este efecto era significativo (Z = -5.30, p < .001).

Estos datos muestran que la gente puede diferenciar entre delitos leves y graves, y que estima que es menos probable que la policía compruebe los primeros que los segundos. Esto puede hacer que los sospechosos culpables de delitos leves inventen coartadas aparentemente verificables, pero realmente no comprobables, para convencer a la policía (como se demostró en el Experimento 1).

     Experimento 3b. Participaron 277 estudiantes de la Universidad de Salamanca (224 mujeres, 51 hombres y dos personas no binarias o que prefirieron no indicar su sexo; M edad = 19.15 años, DT = 1.72, Mdn = 19, rango: 17-32 años). Cada participante leyó un escenario extraído al azar de un total de 19. Cada escenario aludía a uno de los delitos del Experimento 1. La tarea fue análoga a la del Experimento 3a.

Los participantes estimaron que la probabilidad, en una escala de 1 a 6, de que la policía verificara la coartada de los sospechosos sería de M = 3.31, DT = 1.37, Mdn = 3.00. Aunque estos valores sean algo más altos que los correspondientes a los delitos leves del experimento anterior, se encuentran en el lado izquierdo de la escala, siendo significativamente inferiores a 3.5, punto medio de la escala (p = .012, según una prueba de rango con signo de Wilcoxon de una muestra). Por lo tanto, podemos concluir que los delitos del Experimento 1 se interpretan efectivamente como leves y como poco susceptibles de ser comprobados por la policía.

Conclusión. Ante delitos leves, la verificabilidad de las respuestas del sospechoso no debe interpretarse ciegamente como un indicio de inocencia. Al encontrarse con una respuesta que parezca verificable, el policía o el juez debería considerar y contrastar diversas hipótesis alternativas, en lugar de concluir que el sospechoso es inocente.

El informe final de este estudio se ha publicado en forma de artículo científico de acceso abierto. La referencia del mismo se encuentra a continuación; puede hacer click sobre el hipervínculo si desea acceder al texto completo:

Jiménez-González, A. I., Masip, J., Blandón-Gitlin, I. y Herrero, C. (2023). “It wasn’t me, check the cameras!” Suspects’ apparent verifiable responses might not indicate innocence. Behavioral Sciences and the Law. https://doi.org/10.1002/bsl.2639

Finalmente, si participó en alguno de estos experimentos, queremos darle las gracias nuevamente por su tiempo y su ayuda. Si tiene alguna pregunta puede contactar con el equipo investigador a través del correo electrónico: anaijimenez@usal.es (Ana I. Jiménez González) o jmasip@usal.es (Jaume Masip).

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