La división expuesta entre escrituras maximalistas y minimalistas resultará, a su vez, el eje transversal de este II Congreso Internacional Radicantes, de forma que esperamos recibir propuestas de comunicación que aborden alguno de estos dos principales tipos de escrituras, considerando ambos bloques lo suficientemente amplios como para dar cabida a numerosos y muy diversos temas de investigación.
ESCRITURAS MAXIMALISTAS
Este primer gran bloque responde al carácter de nuestra cultura contemporánea, marcada por la discontinuidad, los cambios constantes y la desaparición de la experiencia transmisible, a lo que se opone una narrativa contraria a los estados permanentes. Así, se trata de una literatura atravesada por un continuo juego de capas y estructuras donde el yo se diluye y surgen ciertos avatares narrativos en los que el recurso ekfrástico, la conjunción entre ciencias duras y blandas o el carácter voluntariamente delirante define esta estética que responde, en suma, a lo que Francisca Noguerol ha denominado como ‘‘barroco frío’’ (2013). Algunos de los ejes temáticos propuestos que, sin embargo, no resultan excluyentes de un fenómeno mucho más amplio como es el expuesto, son los siguientes:
1. Poéticas de la experimentación. La transformación cultural que ha producido la inclusión de internet en nuestra vida resulta insoslayable en la reciente creación literaria, cuya estética muestra una fuerte vinculación con el espíritu de las vanguardias. Así pues, la síntesis interartística o el montaje como prácticas literarias muestran, en consecuencia, una estrecha vinculación entre distintos sistemas semióticos que resultarán de enorme interés en la radiografía de las escrituras excéntricas de nuestros días que plantea este encuentro.
2. Poéticas del simulacro. Lejos de suponer un mero ejercicio formalista, estas escrituras denuncian el simulacro percibido en nuestro tiempo y las ‘‘posverdades’’ características del mismo. La ilegibilidad, la tachadura o el borrón resultan, entonces, prácticas enigmáticas cuyo reto supone, en última instancia, visibilizar lo visible, revelando los puntos ciegos de la cultura contemporánea.
3. Poéticas del caos. Algunos de los críticos y pensadores más señeros del panorama actual han puesto de relieve las mentiras tras los preceptos aparentemente objetivos del mundo que nos rodea. Contra ello, ciertos escritores asumen sus líneas de creación desde un caos definido por las abstracciones, las estructuras complejas o los enredos conceptuales y lingüísticos a través de imágenes o experiencias concretas; revelando, de este modo, su resistencia al discurso fácil y ordenado.
ESCRITURAS MINIMALISTAS
Frente a las estéticas anteriores, de carácter delirante, existe otro gran grupo de autores contemporáneas en español que, en un mundo signado por la aceleración, se defienden del vértigo oponiendo la suspensión melancólica y la introspección de la lectura detenida. Resulta común, pues, la defensa de un repertorio cultural ‘‘alto’’ frente a la estandarización propuesta por la cultura de masas, desmarcándose como una ‘‘subcultura sui generis’’ (Sloterdijk, 2000: 45). Se trata, siguiendo a Deleuze y Guattari, de construir como hiciera Franz Kafka un siglo atrás, ‘‘una literatura menor’’ (1990) contra los dogmatismos e imposiciones ideológicas de nuestro tiempo. Desde este planteamiento, proponemos los siguientes ejes temáticos, susceptibles de incluir otras perspectivas afines al marco propuesto:
4. Poéticas de la materialidad. En ciertos autores del panorama más reciente, se observan ciertas tendencias cercanas al neoludismo, que defienden una escritura a mano o un elogio del papel, sosteniendo la creación de pensamiento consistente y perdurable, contrapuesto a la inmaterialidad implícita de las letras digitales. En esta línea también se enmarcarían aquellas propuestas que centran sus análisis en cuestiones vinculadas a la materialidad del libro, la edición o la escritura en su sentido más primigenio.
5. Poéticas de la digresión. En este eje se enmarcarían aquellos autores que prefieren el goce de la página al volumen, en aras de un reinicio continuo del acto de lectura que escapa de los finales cerrados. Sus ideas, pues, resultan digresivas y fragmentadas, mostrándose ajenas a las convenciones tradicionales del relato y su orden. Asimismo, destacan la hibridez genérica y la miscelánea propia de la última creación literaria en español.
6. Poéticas de la errancia. Otra de las principales características de estas escrituras minimalistas es su carácter errante, expuesto en el gusto por las largas descripciones y las creaciones de tiempos donde no ocurre nada y no tiene por qué ocurrir. Defienden, así, la desaceleración, el ocio o la improductividad como claves para recuperar el sentido de humanidad, si bien también muestran un afán por erigir la escritura en el tránsito mismo, describiendo trayectorias radicantes.
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