En el momento actual de rápidos cambios, y entornos empresariales dinámicos las pequeñas empresas se ven obligadas a tener una rápida respuesta de adaptación y a ser cada vez más competitivas para poder sobrevivir.
El éxito de estas pequeñas empresas estará basado cada vez más en los recursos humanos, en la capacidad de motivar, capacitar y comprometer a los trabajadores en el buen funcionamiento de la empresa, más que en estrategias financieras, comerciales, productivas o de marketing debido a que tal vez, estas son empresas por lo general más intensivas en mano de obra que en capital o tecnología; esta circunstancia reporta una serie de limitaciones asociadas a los costes laborales, parte de estas limitaciones radica en que muchas pequeñas empresas mantienen el viejo esquema de compensar a sus trabajadores mediante remuneración fija, no asociada ni a la productividad, ni a la estrategia, ni a la situación de la empresa, o a cualquier otra variable que pudiera ajustar en forma más efectiva según los distintos momentos que enfrenten.
Es evidente la gran importancia que tiene para las pequeñas empresas encontrar una fórmula que les ayude a ajustarse de forma eficiente y oportuna a los cambios permanentes que el mundo globalizado de hoy exige. El salario deberá dejar de ser un elemento rígido según sea la coyuntura que experimente la empresa, y deberá pasar a ser una herramienta de gestión que incentive y adapte a nuevas situaciones sin tener que incurrir en costes humanos y económicos que podría dejarla fuera del mercado.
Aún no hay comentarios.