Empatía:
La mayoría de los niños se identifican con los animales. Es más fácil enseñar a un niño a sentir empatía por un animal que por un humano. Esto se debe a que es más fácil determinar los sentimientos de un animal a través de lenguaje de su cuerpo que el de una persona.
Enfoque exterior:
Los animales ayudan a que las personas que tienen una enfermedad mental, que tienen baja autoestima, depresión, etc., a cambiar el enfoque de su ambiente, logrando que estas personas piensen y hablen de los animales, en vez de sus problemas.
Relaciones:
Los animales pueden abrir un cauce de comunicación emocionalmente seguro entre su terapeuta y el paciente. Los animales ayudan a darle un aire de seguridad emocional a las sesiones de las terapias. La presencia de los animales puede abrir el camino hacia una resistencia inicial por parte del paciente a iniciar cualquier terapia. Es muy probable que los pacientes proyecten sus sentimientos y experiencias hacia un animal.
Aceptación:
Los animales tienen una manera particular de aceptar a las personas sin calificarlas. Ellos no se detienen a mirar como luce una persona o que cosas dice. La aceptación por parte de un animal no admite ningún tipo de juicio.
Socialización:
Los estudios han demostrado que las visitas que los animales hacen a las instituciones, ofrecen mayor socialización entre las personas que se encuentran en el sitio, las personas se muestran más alegres, más sociales para con los demás, disminuye la ansiedad y estrés, mejora el estado de ánimo. La presencia de estos aumenta la sociabilidad entre las personas .
Estimulo Mental:
La estimulación mental ocurre porque se incrementa la comunicación con otras personas, ayudando a la evocación de recuerdos. En instituciones con pacientes con depresión o que están institucionalizados, la presencia de un animal ayuda a aclarar la atmósfera, incrementando la distracción, alegría y el juego. Estas son distracciones positivas que pueden ayudar a que las personas disminuyan sus sentimientos de aislamiento o alineación.