La iMac G5 integra la CPU detrás de su pantalla TFT, haciendo de ella una computadora muy compacta, dando la sensación de no tener CPU.
Estuvo disponible con procesadores G5 de 64 bits desde los 1.6Ghz hasta los 2.1Ghz, y con pantallas de 17″ y 20″. A diferencia de sus predecesores, el acceso a su interior es mucho más cómodo, pudiendo cambiar determinados componentes sin tener que desmontar toda la máquina.
La revisión C de la iMac G5 le añadió una cámara para videoconferencias integrada (iSight) y un mando a distancia por infrarrojos (Apple Remote). También se rediseñó totalmente la circuitería interna eliminando la facilidad de acceso a sus componentes que habían ganado los iMac G5.
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