Es cierto, que con grupos numerosos y en plena adolescencia, puede resultar complicado ir al laboratorio a poner en práctica los conocimientos teóricos que se han impartido en clase. Sin embargo, tal y como veíamos el otro día en clase, según la pirámide del aprendizaje, éste es más efectivo si “hacemos” que si solo leemos u oímos, por lo que el rendimiento sería mayor, si complementamos las clases exponenciales con la práctica.
Hay conceptos de física que a simple vista pueden parecer abstractos y difíciles de entender por los alumnos. Si dichos conceptos los realizamos en el laboratorio, puede que el alumno lo acabe comprendiendo e interiorizando.
Por otro lado, se trabajan competencias (lingüística, mediante elaboración de informes) además de aprender a hablar en público mediante las exposiciones de nuestras experiencias realizadas.
Algunos ejemplos que se pueden realizar son los siguientes (que experimentamos nosotros mismos el otro día en la clase de didáctica):
1. Determinación de la gravedad a través del periodo de un péndulo:
2. Determinación de la constante y periodo de un muelle oscilante:
3. Medida de la aceleración de la gravedad mediante un tiro horizontal:
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