El termino software libre, parece fácil de entender de primeras, pero se complica enormemente cuando se tienen en cuenta ciertos matices y empiezan a aparecer conceptos como Open Source o Freeware. Una explicación sencilla y entendible por gente no experta en la materia es la que nos da Ricardo Pérez, director del máster en telecomunicaciones y negocio digital del IE Business School : “En el software comercial, el código tiene propietario, está cerrado y no puedes disponer de él más que la empresa que lo crea. El open source permite que el código lo descargue cualquiera y haga lo que quiera. Freeware es un software que se distribuye de forma gratuita aunque no puedes manejar el código fuente. Sin olvidar el adware, que es un programa gratuito, pero acompañado de multitud de publicidad, y el shareware, aplicación con un tiempo limitado de prueba gratis.” Todos estos tipos de programas se engloban en el concepto denominado comúnmente software libre
Durante las últimas semanas se están sucediendo multitud de noticias de grandes empresas que están realizando fuertes apuestas por el uso de software libre. Sin ir más lejos, esta semana Apple anunciaba su paso de GoogleMaps a OpenStreetView para sus aplicaciones y Nvidia, la compañía de los chips gráficos por excelencia, anunciaba su unión a la Fundación Linux para contribuir a su desarrollo. Y no queda ahí la cosa, según el último informe obtenido por la empresa KDE, las administraciones publicas españolas se situan en el podio en cuanto a la apuesta por este tipo de software, sólo por detrás de Francia y Alemania.
Pero no pensemos que el uso de este tipo de tecnología ha de ser cosa de las administraciones públicas y las grandes empresas tecnológicas, las Pymes también pueden obtener múltiples ventajas de su uso. El ahorro de costes en las licencias es quizá la principal ventaja, y más en la situación actual. Actualmente existen alternativas de programas con licencia gratuita para cualquier tipo de gestión en las empresas, pero hay que conocerlas bien y valorar su rentabilidad. Según Rafael Achaerandio, consultor experto en tecnología de la compañía IDC, cada empresa debe valorar sí le conviene apostar por el software libre, analizar el concepto de “coste total de propiedad”. En este coste no sólo se tienen en cuenta las licencias (gratuitas en caso del software libre), también hay que tener en cuenta: la formación del usuario, el equipo técnico que se usa, la consultoría o el mantenimiento. “Hay que olvidarse de si lo libre es mejor o no que lo comercial, sólo hay que pensar desde un punto de vista de análisis de rentabilidad”, y en caso de que el software libre nos suponga una mayor rentabilidad, se recomienda realizar este cambio de la mano de algún experto, para lo cuál es conveniente con alguna consultora o desarrolladora de soluciones tecnológicas para empresas, las cuales en los últimos tiempos han visto incrementadas de manera exponencial sus operaciones.
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