Por: Jennifer Solivan Robles
Como ex-alumna de la UPR sigo a través de las redes sociales todo lo que está sucediendo dentro de dicha institución. Desde hace ya varios meses, con la elección del nuevo Presidente de la misma han surgido una serie de programas y convenios muy beneficiosos para la universidad los cuales sin duda rendirán frutos. La mayoría de estos programas y convenios se encuentran dirigidos a unos selectos campos de estudios incidiendo así en el beneficio de una pequeña parte de la población universitaria, aquellos cuyos campos de estudios se relacionan con las ciencias y la tecnología. No tengo nada en contra de estos campos de estudios, ya que incluso me gusta leer sobre ciencias y tecnología. Éstas no son las únicas materias que se estudian en la universidad y aun así parecería que no hay cabida para las humanidades y ciencias sociales, como si no hubiera cama para tanta gente. En estos últimos años me he topado con un sin número de artículos en línea sobre las destrezas que deberían poseer los futuros trabajadores. Entre éstas siempre sobresalen la capacidad de escribir bien, poder expresarse bien y poseer habilidades sociales, entiéndase ser capaz de entablar relaciones con otras personas. Muchos artículos inciden en que otras áreas de estudio fuera de la las ciencias y tecnologías aportan estas cualidades a los estudiantes. Qué mejor prueba de esto que las palabras de Steve Jobs cuando salió el iPad 2: “Es parte del ADN de Apple el hecho de que la tecnología por sí sola no es suficiente – es el resultado de la unión entre la tecnología, las artes liberales y las humanidades lo que hace que nuestro corazón cante y que mejor evidencia que estos nuevos aparatos post-computadoras”. Si Jobs pensaba así, entonces ¿qué está haciendo la UPR al respecto? (Steve Jobs: Technology & Liberal Arts)
Columna publicada en el periódico El Nuevo Día el 9 de diciembre de 2014
Se han bloqueado los comentarios.