Monturas para caballos

La montura o silla de montar es un elemento que une al jinete a los lomos de un caballo. Es usada para la mayor comodidad del jinete y para cuidar el lomo del animal, entre la silla y el caballo se suele colocar una manta o sudadera para evitar el deterioro de la silla por el contacto directo con el sudor y evitar posibles rozones en el animal.

Montura inglesa: La característica distintiva principal de una silla de montar Inglés es su aspecto más plano, la falta de un cuerno, y el diseño de auto-relleno de los paneles: un par de almohadillas pegadas al lado inferior del asiento y lleno de lana, espuma, o aire. Sin embargo, la longitud y el ángulo de las aletas, la profundidad del asiento y la altura de la teja, todos juegan un papel en el uso para el que está destinado en particular una silla de montar.

Silla vaquera: A pesar de las variantes locales, todas tienen una serie de características comunes, acordes para ser usadas durante mucho tiempo, en condiciones adversas y de trabajo duro, y que sean cómodas tanto para el jinete como el animal. La principal característica es que más que una silla, es un sillón, ya que resulta grande, amplia, con grandes borrenes y respaldo. Sus estribos suelen ser bastante grandes, para proteger los pies del jinete de los accidentes, y su posición está ligeramente adelantada, de forma que el jinete puede ir ligeramente recostado sobre la silla, lo que ayuda a pasar muchas horas trabajando en el campo. Son muy amplias, cubriendo gran superficie del lomo del animal, lo que ayuda a distribuir mejor el peso del jinete sobre el lomo del animal, siendo así menos molesto.

Monturas de doma clásica: El asiento es suave y profundo muy confortable, permitiendo al jinete maniobrar libremente, los faldones son muy largos, su diseño hace que el jinete adopte una posición más erguida. Las hay de varios modelos y medidas. Las portaestriberas deben estar bien embutidas debajo de la faldita, unidas al armazón, para lograr una extrema resistencia y evitar roces incómodos.

Las sillas de doma o potreras: Son las empleadas para efectuar un primer contacto entre el caballo y el jinete, así como en los trabajos de doma. Estas sillas suelen tener borrenes desarrollados, ya que es más fácil que el jinete pueda necesitar alguna clase de agarre al montar, y también son menos rígidas que las comunes. A la hora de usarlas, la primera silla de doma que se pone al potro, es ligera y más suave, y a medida que la doma avanza, se va volviendo más pesada

Monturas de marchas: Están recomendadas para cabalgar muchas horas, se usan para hacer Trec,

Raid y Turismo Ecuestre. El asiento ancho y las rodilleras están especialmente acolchados para una máxima comodidad, y los grandes paneles distribuyen el peso del jinete en forma uniforme. El apoyo y balance de la montura en el lomo del caballo debe ser perfecto, para que no lo lastime o incomode. Las portaestriberas deben estar embutidas debajo de la faldita, unidas al armazón, para lograr una extrema resistencia y evitar roces incómodos. Como se debe permanecer muchas horas montado, no debe tener ningún tipo de roce indeseable. Su armazón debe ser resistente y flexible a la vez.

Monturas para poni: Está diseñada especialmente para adaptarse a los anchos lomos de los ponis. El armazón debe presentar un paso para la pierna especialmente estrecho. El asiento es ancho y profundo, y el diseño de las rodilleras brinda una seguridad extra. El diseño de esta montura debe tener un grado de inclinación hacia la perilla y un asiento un poco más profundo, que ayuda al jinete a mantener el perfecto balance detrás de la perilla en cualquier circunstancia. Las faldas, con sus rodilleras y almohadillas posteriores corrigen la posición del jinete. Si tienen agarraderas en la perilla, ayudan mucho al joven jinete, se pueden poner unas postizas si no lo traen.

 

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