Dicen que las mejores experiencias “nacen de aquellos momentos donde no planeas nada y solo te aventuras a conocer al mundo. Mi visita a PORTO fue una de esas ocasiones en las cuales sin pensar decides romper con la rutina y salir de tu zona de confort.
Esta experiencia, estuvo llena de gratos momentos, pues tuve frente a mis ojos una ciudad llena de contrastes multiculturales, con pasajes modernistas donde a su vez aún se conservan vestigios de una ciudad vanguardista, la cual es aromatizada por esa inconfundible esencia, la cual emana de sus tradicionales e inconfundibles cavas; cuna de los más suculentos vinos mismos que embriagan el paladar más exigente.

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