Entonces levanta la cabeza y nota que el ciclo ha terminado, camina con su libreta vieja a la cual solo le restan las dos últimas hojas en blanco mismas que se encuentran manchadas por el sudor provocado por el esfuerzo y también con algunas lágrimas de dolor; escribe:
Soy una persona llena de defectos, que aprendió a caminar con el empuje del viento, ya que de la mano solo tuve mi sombra, siempre preocupándome por hacer algo por los demás, deteniéndome en ocasiones por el miedo a los cambios. Siempre pensando que la felicidad dependía de estar al lado de alguien, y sin darme cuenta que para ser feliz y estar bien; en efecto tenía que estar bien, “pero conmigo mismo”.
Cuando llego el momento de la verdad, solo miro al frente y se dio cuenta que tenía 20,992 puertas esperando por el, las cuales no quería abrir por temor a perder lo que ya había ganado.
Cuando el sol ilumino su rostro por segunda ocasión y sintió el calor inmenso, decidió caminar, no dio muchos pasos ya que noto que todo lo tenía cerca, pero lejos a la vez, dejo entonces el miedo atrás y se decidió a abrir una por una todas esas puertas, recordando todo aquello que había vivido y pensó:
-Valla,todo lo que perdí de mi por alguien más.
Con un portazo ensordecedor el cual revestía una envergadura de completa seguridad eligió una de las miles de puertas que esperaban leales a él.
El aire hojeaba todas y cada una de las páginas escritas en la vieja libreta, aquella libreta donde había plasmado sus sentimientos la que ahora en el suelo se encontraba, llevándose con el aquellos miedos e inseguridades que solo lo ataban…
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