Con una magnitud de 8’4 , el seísmo de Illapel (jueves, 16 de septiembre 2015) se ha convertido en el seísmo de mayor magnitud hasta la fecha en el mundo y el tercero de Chile en 5 años, tras los seísmos de febrero de 2010 (M 8’8) y de abril de 2014 (M 8’2).
Chile se sitúa en la Placa litosférica Sudamericana, en el borde donde la Placa de Nazca (litosfera oceánica) converge y subduce bajo la Placa Sudamericana (litosfera continental). Igual que en otros límites de convergencia de placas litosféricas, las actividades sísmica y volcánica revisten gran intensidad.
Javier Campos, director del Departamento de Geofísica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, sostiene que la frecuencia y la magnitud de los eventos sísmicos en Chile es consecuencia de la actividad y rapidez con que la Placa de Nazca subduce bajo la Placa Sudamericana; lo que provoca importantes acumulaciones de energía año a año.
Pese a estas condiciones, si se comparan los daños causados por los seísmos en Chile (o en Japón) con otros de magnitudes análogas, como los de Haiti 2010 o Nepal 2015, hay diferencias evidentes. MAGNITUD similar, pero diferente INTENSIDAD.
Además de la magnitud del suceso (energía liberada), hay varios factores determinantes en su intensidad (daños): profundidad del hipocentro, distancia al epicentro, características geológicas del sustrato y tipo y calidad de las construcciones.
En paises como Chile y Japón, existe una legislación estricta en cuanto a requisitos de construcción y calidad de los materiales de construcción (normativa sismorresistente), lo que supone en general una infraestructura adaptada a la realidad sísmica del entorno, y una preparación adecuada tanto en educación de la población como en medidas de prevención (emergencia, alerta y planes de evacuación).
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