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Vente “pa” Alemania, Vero, parte II

Diario de viaje: una española investigando en el extranjero. Reflejos de la realidad diaria.

Aterrizando en el Lab

Bien, cuando uno llega al trabajo, lo primero es cumplir con todas las formalidades pertinentes: darte de alta en el centro de investigación, hacerte una foto y un carnet de entrada. De esta forma, uno está oficialmente trabajando en el centro de investigación. En el KIT hay mucha vigilancia, aunque no suele ser la norma habitual. Por ello, si quieres trabajar los fines de semana y fiestas de guardar, necesitas un pase especial.

 Una vez en el laboratorio, todo es bastante sencillo, o “easy-going”, que dirían los ingleses. Muy pocas formalidades, trato muy afable, escasa jerarquía y brazos abiertos. Inmediatamente te invitan al “Journal Club” que van a celebrar en una hora, te informan de los seminarios y de todas las actividades venideras. Planificas la investigación con el jefe, te presentan a TODOS los componentes del grupo (cuyos nombres no vas a poder recordar, porque son muchísimos, pero es un detalle), te enseñan las instalaciones y te buscan un sitio para trabajar, “bench” (poyata) y sitio en un despacho. Es bastante normal la política de puertas abiertas, es decir, nadie cierra la puerta ni de su laboratorio ni de los despachos. Aquí, la distribución de la planta es la siguiente: pasillo largo, con laboratorios a un lado y despachos al otro, cuarto de impresoras y “office” para comer. Hay laboratorios de trabajo y de equipamiento común, por lo que el tráfico de personas es enorme, si bien nadie se dedica a “hacer pasillo”. En el pasillo, armarios enormes de suelo a techo como almacenes de material: kits, puntas, eppendorfs, matraces, agua destilada, tampones varios y material de oficina. “Help yourself”, es decir, toma lo que necesites para trabajar, que nadie se dedica a “gorronear”, ni siquiera los rotuladores para casa. El espacio y el material se suele compartir entre los grupos que ocupan la planta (generalmente), lo que favorece la colaboración entre grupos y ayuda a crear un ambiente de equipo. A una recién llegada como yo, te dan unas pocas explicaciones y te dejan correr libre: si necesitas algo, preguntas a quien sea, o bien abres cajones hasta que encuentras lo que necesitas.

 

Hay varios aspectos que llaman profundamente la atención respecto a la gente que trabaja aquí, su modo de trabajo y de vida.

 1. Lo primero, nadie pierde el tiempo “haciendo pasillo”, o en el ordenador mirando Facebook, por ejemplo. Bueno, a lo mejor algunos de los estudiantes de grado, pero desde luego no los que hacen investigación seria. En el trabajo, la gente trabaja. Parece una perogrullada, pero aparentemente no lo entendemos así en España.

 2. El idioma para entenderse en el laboratorio es el INGLES, pues es el idioma de la Ciencia. Lo hablan los jefes, post-docs, estudiantes de doctorado y técnicos. Los labmeetings y seminarios también son en inglés. También parece obvio, pero he visto muchas dificultades en España para que esto sea así. Supongo que ayuda mucho el tener extranjeros en los grupos de investigación, lo cual es altamente enriquecedor tanto en los aspectos científicos como personales. En concreto, si bien la mayoría del grupo es alemán, hay bastantes franceses, algún italiano, algún español y asiáticos, principalmente hindúes, chinos y japoneses.

 3. Desgraciadamente, la comida no es el plato fuerte de las Mensas alemanas (comedores de la universidad). [Cómo echo de menos a mi querido Klaus del EMBL, que nos hacía gazpacho, paella, tortilla, mejillones y “papas arrugás”!] Por eso, la gente tira de Tupperdieta, lo que en mi caso puede suponer los dos extremos: o vuelvo a casa pelín ternesca (unos 10 Kg de más), o me quedo en el chasis. Espero que sea lo segundo, que ya no me queda tiempo para la “Operación bikini”. Despachan la comida en ½ h o menos, pero luego se pasan todo el día comiendo entre horas, generalmente mientras trabajan delante del ordenador. Menos mal que no suelen ser guarradas varias, sino más bien fruta, yogures o barritas de muesli (bueno, siempre caen los ositos Haribo, pero son tan irresistibles…). En los laboratorios, nadie mete la comida (aunque en algún otro sitio he visto neveras donde la leche del café comparte espacio con reactivos, o la habitual caja de cervezas en la cámara fría).

 4. En general, fuera de España, el número de post-docs de un laboratorio suele ser igual ó mayor que el de estudiantes de doctorado. Sin embargo, en España, encontrar un contrato de post-doc decente es más difícil que hallar en bosón de Higgs. Normalmente, los post-docs comienzan con una beca competitiva, pero una vez demostrada su valía, se les hace un contrato decente. Teniendo en cuenta que estos investigadores son completamente independientes en su trabajo, y que cuentan con vastos conocimientos (teóricos y técnicos), el nivel de obtención de resultados es mucho mayor (mejor y más rápido) que en nuestra madre patria. Recuerdo que en España la investigación se basa fundamentalmente en becarios predoctorales (si tienen suerte de cobrar una beca) a los que hay que enseñar desde cero. Deberíamos reflexionar sobre ello, pero teniendo en cuenta que la secretaria de estado para investigación acaba de decir en Nature que en España sobran científicos, veo el futuro más negro que las plantas de los pies de Frodo Bolsón. [A lo mejor lo que sobran son políticos, asesores y “expertos”, en vez de investigadores].

 5. Aunque este centro está a 12 Km de Karlsruhe, y para venir hay que coger tren+bus ó tranvía+bus, muy poca gente utiliza el coche como medio de locomoción, ni estudiantes ni jefes. Ayuda mucho el hecho de que el transporte público es una maravilla en Salchicholandia, pero además hay muchas personas que vienen en bici. Además, durante el fin de semana no hay autobús, por lo que o bien te haces con una bici, o bien en el “coche de San Fernando”. Yo me he agenciado una bici de segunda mano, en la que para frenar has de pedalear hacia atrás, para camuflarme con el ambiente. El paseo desde la ciudad es muy agradable, ya que transcurre por un bosque, no se si habrá “cochino jabalín corriendo alegremente por la jara”, pero espero no averiguarlo. Los conductores de automóvil son (en general) profundamente respetuosos con los ciclistas, que son bastante más kamikazes, y por si acaso, al lado de las carreteras hay un camino asfaltado para viandantes y ciclistas. Al no compartir calzada con los coches, disminuye el peligro para el personal no motorizado.

 6. La gente es muy práctica, y todavía no he visto a ninguna chicha trabajando en el laboratorio en tacones, con minifalda o pintada como una puerta, o a un chico con traje y corbata haciendo experimentos. Aquí prima lo “functional” sobre lo “fashionable”. Muchas zapatillas de deporte, mochilas o macutos que se puedan cargar con facilidad y ropa casual. Eso sí, me ha llamado la atención que nadie utiliza la bata, algo que yo echo en falta por sus maravillosos bolsillos para guardar de todo y porque es genial para secarse las manos.

 7. Un denominador común en todos los laboratorios donde yo he trabajado es que siempre predomina un “caos ordenado”. Aparentemente todo está manga por hombro, pero realmente existe un orden intrínseco para todas las cosas. Eso sí, si te descuidas, la entropía del sistema comienza a aumentar hasta tal punto que una poyata puede convertirse en un agujero negro que se traga toda la materia y energía que encuentra, entendiendo por materia y energía las pipetas, timers, kits, reactivos y protocolos, que acompañan a la cosa verde del fregadero. Pensándolo bien, el laboratorio de Salamanca, es de los más ordenaditos que conozco.

 

Parece que he sobrevivido a los primeros días en el lab, y todavía no hemos volado por los aires, así que creo voy por el buen camino.

Servus!

vgnunez

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2 Respuestas para Vente “pa” Alemania, Vero, parte II

  1. Mar 28/06/2012 en 8:59 #

    Muy bueno, lo comparto.

  2. GEEKITY 20/06/2012 en 2:32 #

    JAJAJAJAJJA….ME HAN ENCANTADO TODOS TUS COMENTARIOS…SALUDOS DESDE MORDOR¡¡¡¡¡

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