Son tiendas especializadas en la venta de semillas y todo tipo de productos para el autocultivo de cannabis en el propio domicilio –denominadas grow shops– son de los pocos negocios que han logrado seguir creciendo pese a la crisis. “Nosotros hemos
aumentado la facturación en un 50%”, señalan desde Diosa Planta, una de estas tiendas ubicada en A Coruña. Para ellos, el aumento de las ventas obedece a que “cada vez hay más gente que consume, cerca de un 15% de la población en todo el mundo consume cannabis”.
Quienes acuden a los grow shops buscan calidad en el producto. “La gente que se decide a cultivar en casa es porque no quiere seguir pagando por el artículo a una mafia y porque así se garantiza la calidad del mismo ya que al comprarlo fuera no siempre es igual”, señalan desde Diosa Planta, en donde añaden: “Además, el autocultivo también da la satisfacción de ver todo el proceso que has realizado tu mismo, es como el que pinta, ves el resultado de algo que haces tu”. Pese a que el sector reconoce que la mayoría de sus clientes son jóvenes, aseguran que no hay un perfil claro de quien cultiva cannabis. “Hay de todo, jóvenes y mayores. Sería como decir que en una farmacia entran más mayores, es cierto, pero también va gente de todo tipo”, sostienen.
En la actualidad, Galicia cuenta con al menos 27 establecimientos de este tipo: diez en Pontevedra, dos en Lugo y Ourense y trece en A Coruña, cinco de ellos en la ciudad. Tiendas en donde se pueden encontrar desde semillas, abonos y fertilizantes hasta macetas o sistemas de iluminación para las plantas. A nivel estatal, hay más de mil empresas que viven del autocultivo de cannabis, un negocio que mueve 50 millones de euros año, según Spannabis, la entidad que organiza las ferias estatales sobre esta sustancia.
Desde el sector dejan claro que se trata de negocios totalmente legales – “Pagamos nuestros impuestos como cualquier otra tienda”, señalan– pero demandan una regulación para este tipo de establecimientos. “Es preciso que se regule porque a la hora de ir a inscribirnos para pagar el Impuesto de Actividades Económicas, por ejemplo, tenemos muchos problemas ya que nuestro negocio no aparece en ningún sitio”, indican desde esta tienda coruñesa, donde también apelan a la regulación para controlar quien puede acceder a sus productos. “Nosotros no vendemos a menores de edad, pero es una limitación que nos ponemos nosotros mismos porque no hay nada que regule esto”, resaltan.
