Una vez aprendidos los mecanismos y las rutinas lectoras, es práctimente imposible sustraerse a su utilización al posar la vista sobre un texto escrito. Es decir, no podemos mirar un grupo de letras sin, automáticamente, leerlo.
La repetición y la práctica hacen que durante el proceso lector se desarrollen unos mecanismos automátcos que permiten aumentar la velocidad lectora. Así, nuestro cerebro, va captando el significado del texto a la par que lo leemos y va rellenando los huecos o vacíos de infomación que en el texto pudieran encontrarse, o incluso eliminando o sustituyendo unas letras por otras para soslayar el error tipográfico.
El pajarillo
descansa en el
el nido de sus
progenitores.
También nos permite contemplar un texto mutilado como el siguiente con relativa facilidad.
Todas l s mañan s, al sa ir el sol por encima de las mont ñas, se p ede contempla la más bella urora
Y volviendo atrás, es muy posible que al leer rápidamente el primer ejemplo hayas leido: “El pajarillo descansa en el nido de sus progenitores” en vez de “El pajarillo descansa en el el nido de sus progenitores” y hayas eliminado inconscientemente la duplicidad del artículo en la lectura. ¿No? Bueno, eso no tira por tierra la teoría. Casi seguro que no has reparado en los errores tipográficos del primer y segundo párrafo. ¿Cuáles? Vuelve a leerlo.
¿Sigues sin verlos? A veces es más dificil detectarlos en una segunda o tercera lectura, puesto que tu cerebro ya ha asumido el mensaje.
Pero con una detallada lectura palabra por palabra, seguro que descubrirás “automátcos” en vez de “automáticos”, ”infomación” en vez de “información” y “práctimente” en lugar de “prácticamente”. Eso es leer de memoria.
Veamos otro ejemplo que pone en funcionamiento las rutinas lectoras.
“Sgeun un etsduio de una uivenrsdiad ignlsea, no ipmotra el odren en el que las ltears etsan ersciats, la uicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la utlima ltera esten ecsritas en la psiocion cocrrtea. El rsteo peuden estar ttaolmntee mal y aun pordas lerelo sin pobrleams. Etso es pquore no lemeos cada ltera por si msima snio la paalbra cmoo un tdoo. Pesornamelnte me preace icrneilbe…”
Esta facultad de nuestro cerebro para leer palabras y textos en su conjunto y no letra a letra, nos puede ser útil, pero también es el causante de que se nos escapen errores aún tras leer y releer un mismo texto.
¡Qué cosas!



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