Cada vez que una abeja se acerca a un grupo de personas se pueden observar varias reacciones: hay quien grita y se asusta, quien se queda quieto, quien mueve las manos para asustarla y también quien intenta matarla. Estoy segura de que, de todas ellas, son muy pocas las que han sido picadas y gran parte reacciona únicamente ante el remoto caso en que pudieran ser pinchadas. Si eventualmente una persona es picada, la que saca el peor resultado es la abeja, ya que acabaría muriendo.
¿Por qué?
Antes que nada, no todas las abejas pican, solo algunas de ellas. En una colmena cualquiera encontraremos 3 tipos de abejas, la reina, las obreras y los zánganos. De estos 3, únicamente las obreras pueden picarnos, la reina sí tiene un aguijón pero lo utiliza únicamente para pelear con otras abejas, los zánganos ni siquiera cuentan con uno.
Como la abeja reina es la única que produce los huevos, las obreras no necesitan tener un aparato reproductivo y en lugar de tener un ovopositor (el órgano que pone los huevos) este se convierte en un aguión.
Dicho aguijón tiene forma aserrada, muy parecido a la punta de un arpón, por lo que puede penetrar en la piel muy fácilmente, pero se atora al sacarlos. Visto desde muy cerca un aguijón se ve asi:
Después de picar a alguien, la abeja intenta retirarse y como el aguijón está atorado en la piel, la pobre abeja desgarra prácticamente todos los órganos que tiene en el abdomen y muere casi al instante. Esto sucede únicamente con los mamíferos, cuando ataca a otros insectos puede hacerlo varias veces sin ninguna consecuencia.
La próxima vez que se les acerque una abeja tomen en cuenta que para que los ataque tiene que sentir que su vida y la de toda su colmena está en riesgo, así que por favor, tómenlo con calma y eviten hacer un escándalo.
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