Todas las mañanas el escenario es el mismo, suena el despertador, aprieto el botón de “Snooze” y tengo unos minutos más de sueño, la misma rutina desde hace muchos años. La única diferencia es que antes apretaba el botón en mi reloj despertador y hoy lo hago en mi teléfono móvil, curiosamente ambos están programados para volver a sonar en 9 minutos.
¿Por qué justo es esta cantidad de minutos?
Según parece, expertos en sueño, concluyeron en que más de 10 minutos era un tiempo demasiado largo para prolongar el sueño, y que claramente, las personas caerían nuevamente en los brazos de Morfeo de modo profundo, así que se estableció que una prolongación de 9 minutos era más que suficiente para continuar durmiendo pero, aún así, conservar el recuerdo de que había que levantarse.
Según los expertos, el “Snooze” no aporta nada a las personas, ya que no les permite descansar realmente, solo alarga el tiempo en el que se pone en actividad. Lo mejor sería poner el despertador a la hora en que realmente deben levantarse y dormir esos minutos que se pierden entre “Snoozes”. Aunque creo que unos pocos minutitos más en la cama no le hacen daño a nadie, ¿Vostros qué opináis?
Como dato cultural, el término “Snooze” es un sinónimo de siesta en inglés.




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