PUNTO 6: PLAYA DE LOS ENANOS
Origen glaciar del lago de Sanabria y huellas de la glaciación: Morrenas, lenguas, bloques erráticos.
En el Pleistoceno, en la última glaciación, o glaciación de Würm, hace aproximadamente 100.000 años, el aspecto de la zona era muy diferente. Según los estudios de Vega et al. (2005), un enorme glaciar de meseta o casquete ocupaba la zona de la altiplanicie de la Sierra de la Segundera y la Cabrera, situado a 1500 – 1700 m. de altitud. “La capa de hielo tenía una superfície de unos 440 Km2” (Cowton et al., 2009, p.289). De esta enorme capa de hielo radiaron lenguas en todas las direcciones. Su avance a través de las cuencas de los ríos preexistentes (Cárdena, Segundera y Tera), y el lento descenso de las lenguas glaciares, fué el resultado del abrupto modelado del terreno que podemos observar. La convergencia de las lenguas del Cañón del Tera, Cárdena y Segundera, aumentaron el potencial erosivo y el volumen del hielo, formándose una cuña de hasta 500 m. de espesor, responsable de excavar la cubeta que hoy en día retiene al lago de Sanabria. “ Longitudinalmente el lago se divide en dos cubetas. La cubeta Este es la más profunda (51 m.) que la Oeste (46 m.). Esta dos máximas profundidades se corresponden posiblemente con los dos centros de máxima presión de los hielos” (Vega et al., 2005, p. 117).

Vista de los 3 valles a través por los que discurrieron las lenguas glaciares que excavaron la cubeta que retiene el lago

Comparativa entre la configuración actual del terreno y la reconstrucción 3D del aparato glaciar durante el máximo glaciar local (tomado de Rodríguez et al., 2011)
El conjunto morrénico más importante que alberga el Parque, también se encuentra en esta zona, donde los sedimentos que eran englobados como consecuencia de la acción erosiva del glaciar, fueron depositados hace unos 10.000 años, cuando comenzó el deshielo. Podemos encontrar bloques graníticos de diverso tamaño. Desde este punto de interés podemos observar las morrenas laterales que se apoyan en las vertientes de la cubeta del lago, y bajan hasta unirse con los depósitos morrénicos frontales, alcanzando en su extensión más de 6 km. Los trabajos de Rodríguez Rodríguez et al. (2011) lo corroboran.

Mapa geomorfológico de detalle en el que se pueden observar los depósitos y formas glaciares del entorno del lago de Sanabria (Rodríguez-Rodríguez 2011)
Desde nuestra ubicación, nos centraremos en las acumulaciones frontales, que alcanzan una extensión aproximada de 2,5 km. Se disponen en forma de arcos concéntricos que cierran el lago por el SE e indican los sucesivos avances y retrocesos del glaciar pues ésta era la zona de ablación del glaciar. Todas ellas están formadas por bloques de diferentes tamaños, principalmente granitos y gneis. También destacamos la presencia de arenas y arcillas, resultado de la sedimentación del deshielo. Según Rodríguez Rodríguez et al. (2011), la retirada definitiva de la influencia glaciar, queda evidenciado por el paso a una sedimentación lacustre a base de arcillas bandeadas ricas en materia orgánica.
El extremo meridional del primer arco permite la salida de las aguas del lago, prosiguiendo su curso fluvial el río Tera. “Es un lago hidrológicamente abierto con una elevada tasa de renovación. Tiempo de Residencia del agua 9 meses” (Rico et al. , 2007, p. 213). Su balance hídrico está controlado por el caudal del río Tera y por el régimen de precipitaciones. “ El lago se encuentra enmarcado en una cuenca exorreica donde el río Tera constituye el principal sistema hídrico de entrada y salida del sistema lacustre” (Luque Martín, 2003, p. 37).












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