A dos horitas de clase. Eso se desprende de la información que hoy se publica en los medios. Académicamente hablando, seis puntitos de nada se solventan con doce horas de “reeducación” y “sensibilización”, es decir, de “readquisición de competencias añejas”.
O sea: pase usted del agente cuando le pida la documentación o le vaya a hacer la prueba de alcoholemia, sáltese varios semáforos en rojo, conduzca temerariamente incluso en sentido contrario por autopista o no, vaya a 180 km/h (con alegría) o combine éstos como le apetezca hasta completar sus seis puntejos.
A partir de ahí, vaya doce horas a clase y pague tasas, eso sí, que por supuesto no caerán en el enario público sino en otros.
Y ya vuelve a estar como estaba.
¿Qué le disgusta a usted, amigo conductor?









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