Nostalgia…

Cuando llega el día en que decides que dejar tu hogar, para empezar nuevos proyectos en otro lugar, valoras las cosas negativas y positivas y los pros y los contras de todo lo que has vivido hasta este momento y de la nueva vida que te aventuras a comenzar.

Sea como sea, y por muy feliz que seas en tu nueva vida, siempre echarás de menos las cosas bonitas y felices, de los tiempos pasados y con ellos te embargará un enorme sentimiento de nostalgia.

Como dice la imagen, la nostalgia, es la “conciencia de que las cosas no eran tan insoportables como parecían” ,y verdaderamente cuando te alejas de tu gente, de tus amigos, o de tus familiares, te das cuenta, de que no todo era tan negativo como te parecía, y que incluso en muchas ocasiones, lo echas verdaderamente de menos…

Me gustaría compartir con vosotros un texto, que descubrí hace algún tiempo y que me parece que refleja a la perfección la realidad:

*Llega un momento en la vida en que es inevitable el cambio. Hay que dejar atrás vivencias, amigos, lugares…

Das un último paseo, para intentar sentir lo que algunos llaman nostalgia. Y encuentras a un tú melancólico y apenado, a un tú que se quedaría en aquel lugar por siempre. Esa parte de ti te dice: “Aquí naciste, aquí has vivido, todo se resume en las calles que ahora pisas. Has de quedarte, irse solo significaría perder tu identidad”.

Pero hay otro fragmento de mi ser que opina algo totalmente contrario, y que me susurra: “Debes partir, necesitas adquirir más experiencias, tienes que dejar tu hogar y saborear la verdadera libertad”. En los momentos de indecisión, prefiero hacer caso a ese lado que cree en el mañana porque, realmente, los cambios, malos o buenos, siempre nos ayudan a mejorar como persona.

Así que llega un momento en la vida en que es imprescindible romper todas las ataduras y volar en busca de otro lugar.*

Y como también soy apasionada de la música, me gustaría acabar con un verso de una gran canción: No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió…