El reloj es el complemento rey por excelencia. Hay muchos otros, como zapatos, corbatas, blazers, pañuelos para la solapa, plumas estilográficas, encendedores y un largo etcétera. Pero el rey ha sido, es y será el reloj.
La relojería parece haber despertado de la pesadilla que fue 2009. Aquel año, las exportaciones de relojes suizos cayeron un 22,3%. Tan preocupantes resultados, fueron un aviso para las que las casas replantearan sus políticas. La reflexión parece que resultó, ya que dos años después las cifras marcan una tendencia positiva. ¿En qué han estado trabajando? En dotar al producto de un componente más práctico para el cliente aunque durante mucho tiempo se dijo que la relojería era “una invitación a soñar”. Sin restar valided a esta fórmula, un aspecto importante del negocio se les escapaba: el propio comprador. En un ejercicio de pragmatismo, se han creado nuevos productos más adecuados a las actuales necesidades: funciones prácticas, movimientos elaborados y estilos llevaderos para acercarse al consumidor. No importa el precio de un reloj si el comprador precibe que ha merecido la pena pagarlo.
Existen numerosos tipos de relojes, según el criterio que empleemos para clasificarlos.
- Según el movimiento podemos distinguir dos tipos de relojes de pulsera, mecánicos y digitales.
- Según la presentación o display podemos distinguir trestipos, analógicos, digitales o mixtos.
- En función de su uso, funciones o aplicaciones podemos establecer infinidad de categorías: de lujo, antiguos, deportivos, solares, de mujer, de hombre, para niños, calculadora, con GPS, con altímetro, etc.
A continuación hacemos una selección de algunos de los mejores relojes que hay en el mercado:
Louis Vuitton.
Los viajes son el tema elegido por Louis Vuitton para su nueva serie de cronógrafos Tambour. La oferta comprende esta versión Volez, que toma como referente el mundo de la aviación. El vínculo se establece a partir de la función flyback que equipa su movimiento cronógrafo automático LV 137, desarrollado por Dubouis-Dépraz. La caja de acero tiene 42 milímetros de diámetro y está grabada en su canto con las doce letras que componen el nombre de la firma. En la decoración de la esfera destacan el logo en fomra de V, los tonos amarillos y el disco metálico con remaches que recuerda a las chapas de los antíguos aeroplanos. Su precio es de 4.850€
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Bvlgari.
OCTO BI-RETRO. minutos y fecha retro. Automático con caja de acero inoxidable con bisel de cerámica negro. Cuenta con un dial de cloisonné negro y una correa de caucho negro con hebilla de tres cuchillas de acero plegable de acero. Precio: 13.200€

Cartier.
Cartier tiene el comprosimo de ofrecer a sus clientes algo diferente y original. Tarea difícil en el mundo de las altas complicaciones, pero que la firma ha logrado con el Rotonde Astrorégulateur y su decisión de integrar el órgano regulador en el rotor de carga. Con este sistema se logra que el componente encargado de controlar la precisión del mecanismo tenga siempre una posición estable: la misma función que el tourbillón, pero logrado de un modo insólito. La complejidad del movimiento ha obligado a elevar el diámetro de la caja Rotonde hasta los 50 milímetros. Su construcción en aleación de niobio y titanio ha rebajado considerablemente su peso. Edición de 50 piezas. Su precio es de 236.000€




Madre mía Pablo, se me han puesto los dientes largos, me encantan los relojes, y si son caros mejor jajajaja, el problema es el dios dinero claro…
Me ha molado este artículo, el día que tenga pasta te llevo conmigo de compras XD