Según las personas de su círculo íntimo tiene casta, carácter y una desmesurada confianza en sí mismo. Está convencido de que nadie puede sacarle más partido que él al coche que conduce. Y, según Adrián Campos y otros expertos, tiene un talento natural, que Fernando potencia con entrenamientos muy duros. Además, a pesar de su carácter serio en los circuitos, tiene un carisma que enamora a la gente. En familia y con las amistades, es bromista y divertido. En casa le apodan Nano, su rivales Magic y la prensa el Toro, debido a su gran envergadura en un joven de 1,71 de altura y 70 kilos de peso.
Es un apasionado de todos los deportes, que utiliza como entrenamiento. Practica el ciclismo, el tenis, la natación y el fútbol, en el que su equipo preferido es el Real Madrid. Su comida preferida, aparte de los guisos asturianos de su madre, es la pasta, le encanta el cine de terror y su ídolo deportivo por excelencia es el ciclista que logró vencer al cáncer: el estadounidense Lance Armstrong. Como él, aspira a ser un consumado campeón, en otra modalidad.



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