La Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010 fue la XIX edición de la Copa Mundial de Fútbol. Dio comienzo el 11 de junio y finalizó el 11 de julio, siendo la primera vez que este torneo se disputó en África y por quinta ocasión en el hemisferio sur.
204 de las 208 asociaciones nacionales adheridas a la FIFA se inscribieron para participar en el proceso de clasificación, realizado entre mediados de 2007 y fines de 2009, para poder determinar a los 32 equipos participantes en la fase final del torneo, superando la marca de 197 participantes del torneo anterior.
El campeonato estuvo compuesto de dos fases: en la primera, se conformaron ocho grupos de cuatro equipos cada uno, avanzando a la siguiente ronda los dos mejores de cada grupo. Los dieciséis clasificados se 0enfrentaron posteriormente en partidos eliminatorios, hasta llegar a los dos equipos que disputaron la final en el estadio Soccer City de Johannesburgo.
Previo al torneo, Sudáfrica realizó una inversión millonaria para poder estar en condiciones de recibir uno de los eventos deportivos más importantes del planeta. Cerca de 2 millones de entradas fueron puestas a la venta para asistir a los 64 partidos,a disputarse en 10 estadios ubicados a lo largo de todo el país, de los cuales la mitad eran nuevos. Como preparación del evento, el país anfitrión organizó previamente la Copa FIFA Confederaciones 2009 en las ciudades de Puerto Elizabeth, Bloemfontein, Johannesburgo, Pretoria y Rustenburg.
A este Mundial regresaron varias selecciones tras muchos años de ausencia: Corea del Norte, que no participaba desde 1966, Honduras y Nueva Zelanda desde 1982, Argelia desde 1986, y Grecia desde 1994. A estos equipos se les unieron Eslovaquia y Serbia, aunque selecciones de estas dos últimas naciones habían participado en anteriores citas mundialistas, pero representando a países hoy desintegrados; Checoslovaquia en caso de la primera, y Yugoslavia y posteriormente Serbia y Montenegro en caso de la segunda.
Durante la primera ronda se anotaron 101 goles, la menor cantidad conseguida durante la fase de grupos desde que los participantes son treinta y dos. Las selecciones de la Conmebol se convirtieron en las principales dominadoras de esa fase, pasando sus cinco equipos a la segunda, con sólo una derrota en quince partidos jugados. Por otro lado, Europa y África decepcionaron: seis de los trece equipos europeos y sólo uno de los seis africanos pasaron a la siguiente fase. Dentro de los eliminados destacaron los dos equipos finalistas del mundial anterior, Italia y Francia, además de Sudáfrica, que se convirtió en la primera selección anfitriona en la historia que no logra pasar a la segunda etapa.
En segunda ronda, Sudamérica continuó con su racha clasificando un equipo por cada una de las llaves, pero en cuartos de final sólo sobrevivió Uruguay, que clasificó a semifinales junto a tres europeos: Alemania, España y Países Bajos. España consiguió así su primera participación en semifinales, teniendo en cuenta que en 1950, a pesar de finalizar en la cuarta posición, la última instancia consistió en una liguilla. Finalmente, a pesar de que cinco de los diez primeros clasificados pertenecen a la Confederación Sudamericana, los tres ocupantes del podio fueron selecciones provenientes de la Unión de Asociaciones Europeas.
Todo el torneo estuvo marcado por importantes errores arbitrales que influyeron en el desarrollo de varios partidos,incluida la propia final.
Tras la consagración de España, este mundial fue el primero jugado fuera de Europa en el que se proclamó campeón un equipo europeo, además de que fue la primera vez desde 1998 en que ganó un equipo sin copas mundiales anteriores en su palmarés, así como la primera vez desde 1978 en que dos equipos sin copas mundiales se enfrentaron en la final, y la primera vez desde 1962 en que Europa y Sudamérica no se alternan el campeón mundial, ya que en la edición anterior el campeón también fue europeo (Italia).
Jamás lo olvidaremos. Hay gente que después de esto se podrá morir tranquila. España es campeona del mundo en la final más dramática que se recuerda. El gol de Iniesta, en el segundo tiempo de la prórroga, hizo justicia con un equipo inolvidable y consagra a un jugador que es el paradigma de la humildad, lo más alejado a una estrella del fútbol pero con las virtudes de un fenómeno. Aún no se sabe de dónde sacó el Pálido Iniesta esas décimas de segundo para mantener la sangre fría, bajar las pulsaciones y rematar con la derecha el balón más importante en la historia del fútbol español.
El partido fue terrorífico de principio a fin. Terror porque España no podía practicar su juego más que a ráfagas. Y terror porque la escuela holandesa no fue la de siempre, sino una escuela de macarras mal encarados y liderados por Van Bommel, el rey de los suburbios en este Mundial. La forma de afrontar el partido de la Naranja Mecánica fue sucia y barriobajera, totalmente alejada de los postulados que la han llevado a tres finales de la Copa del Mundo. Cruyff debió sentir vergüenza en la grada.
La forma de afrontar el partido de la Naranja Mecánica fue sucia y barriobajera, totalmente alejada de los postulados que la han llevado a tres finales de la Copa del Mundo. Cruyff debió sentir vergüenza
Tanta violencia desquició a España, que no encontró nunca el toque y, por tanto, el camino. Aun así, fue el equipo que más insistió en imponer su estilo. Tardó casi 120 minutos en obtener la gloria. Demasiada demora.
El arranque fue bueno. A Holanda le costó pararse en el campo como es debido. La Roja aprovechó el cuarto de hora para tirar dos o tres derrotes que ya pudieron ser gol. Aquello llevaba las trazas de parecerse al partido contra Alemania. O sea, una cosa abrumadora y no demasiado difícil.
Luego se comprobó que fue una ingenuidad pensar así. Holanda se armó en todos los sentidos. El equipo se colocó bien y sus mamporreros empezaron a repartir ante la dejación de funciones de Webb, el peor árbitro del planeta. Hubo acciones de Van Bommel y de De Jong que merecieron la roja sin contemplaciones. Lejos de eso, el colegiado se dedicó a charlar con ellos.
España se fue del partido. A base de recibir estopa, se alejó del manual. El descanso fue una bendición porque sirvió para limpiar mentes. A una reanudación prometedora respondió de nuevo Holanda con más patadas y, lo que es peor, con un cuchillo: el contragolpe. Robben se plantó solo ante Casillas por dos veces y las dos mangas fueron ganadas por el portero.
Hubo que sufrir hasta el minuto 116. Todo español que consiguiera llegar a ese minuto con su sistema cardiovascular intacto pudo disfrutar del momento
La Roja, a tirones, también llegaba. Unas veces el exceso de adorno, otras la imprecisión y, una más, un defensa bajo palos evitaron el gol.
Del Bosque sacó a Navas para buscar el uno contra uno. Holanda iba de tarjetas hasta las cejas. El juego entre líneas de Iniesta y Xavi se iba imponiendo. Salió Cesc para acompañarlos. El buen juego fluía con cuentagotas. Pero fluía.
Holanda, que había estado 80 minutos dando palos, perdió fuelle e intensidad. Sólo le quedaba el latigazo de alguna contra. Pero si alguien podía y merecía marcar era España. Llegó la prórroga. La Roja tuvo dos ocasiones clarísimas. Pero hubo que sufrir hasta el minuto 116. Iniesta entró como un cuchillo en la mantequilla caliente.
Todo español que consiguiera llegar a ese minuto con su sistema cardiovascular intacto pudo disfrutar del momento. Incluso hoy y en los próximos días puede seguir relamiéndose con el remate. España es campeona del Mundo de fútbol y de sufrimiento. Tal vez, por eso este triunfo sabe mejor.
MOMENTO DE HOMENAJES

En el lado opuesto se encuentran los ejemplos de Italia, undécima, que ha perdido seis posiciones, o Francia, que tras su nefasta actuación en el mundial cae hasta la vigésima primera posición al perder doce puestos.
LA GRAN FIESTA NACIONAL






