Historia de vida realizada por María Chaves Vaz (Grado en Trabajo Social)
La persona a la que he realizado la entrevista es Pedro, un hombre de 75 años que nació en Garciaz (Cáceres, Extremadura). Previamente a emigrar a Francia junto con su mujer, trabajó en Madrid en la construcción.
Aunque su mujer Felisa, también va a aparecer en la historia de vida, no vamos a profundizar mucho en ella porque ha fallecido recientemente y el entrevistado no ha querido mencionarla.
Pedro nació en Extremadura, donde estuvo hasta los 17 años cuando se fue a Madrid a trabajar porque sus padres no podían pagar la universidad y en Cáceres no había trabajo. Trabajó en Madrid desde los 17 años en la construcción, hasta que un día sin previo aviso lo echaron y se vio en la calle.
Volvió a Cáceres a casa de sus padres con su mujer, y como no encontró trabajo emigró a Francia, primero él y cuando logró estabilidad llegó ella. No es una migración forzosa como tal, porque se podría haber quedado más tiempo en casa de sus padres, pero al no encontrar trabajo en un tiempo se decidió a irse.
Pedro emigra a Frejus, departamento Var (Francia) en diciembre del año 1971. Cuando llega se da cuenta de que Francia está mucho más desarrollado que España, además que cuentan con mejores condiciones laborales, sociales y sanitarias. Él realmente no podía esperar nada al llegar porque no sabía nada del lugar al que iba a emigrar.
Él emigra en tren, y preparó el proyecto migratorio con unos conocidos que habían regresado de su migración, el trabajo lo tenía asegurado ya que un patrón para el que había trabajado en Madrid ahora se encontraba allí y buscaba trabajadores.
Cuando llega y empieza a trabajar Pedro cree que todo va bien, que su situación es regular, pero posteriormente hablando con otros españoles se da cuenta de que su contrato laboral era falso y tuvo que solucionarlo con su jefe. Cuando esto ocurre su mujer se muda con él.
Separarse de su familia fue lo más duro sin duda para él, estaba acostumbrado a estar cerca de ellos porque aunque viviese en Madrid podía viajar a menudo para verles, y pasó de eso a verles una vez al año o una vez cada dos años. También cuenta que echaba de menos la comida y las costumbres de España.
Posteriormente tienen dos hijos, entonces Felisa deja de trabajar para quedarse en casa con los niños, porque no tenían ninguna ayuda externa ni tenían familia que les pudiera apoyar.
Se encontró con muchas dificultades cuando llegó a Francia, lo primero es el idioma que no hablaba nada, cualquier trámite que hacía, por pequeño que fuera, como comprar en el supermercado, gestiones administrativas, ir al médico, hablar con los maestros de sus hijos se convertía en un problema enorme.
Le costó mucho adaptarse a las costumbres del país, a los horarios, y además las jornadas de trabajo eran duras y muy largas. Hacía horas de más ya que su mujer no trabajaba y así poder llevar una vida tranquila y ahorrar.
Aunque de las dificultades surgen las fortalezas, aprendió a gestionar mejor los problemas, se encontró con situaciones que nunca antes había encontrado. Realizó un curso intensivo para conseguir el carnet de conducir. Aprendió un idioma nuevo.
Además considera que económicamente salió ganando, ya que tenía un sueldo muy superior al que se tiene en España, a pesar de las horas de trabajo de más, las pocas vacaciones que podía disfrutar tenían una vida acomodada.
Considera que la integración en el país fue buena, hizo muy buenos amigos franceses.
En cambio sus amigos eran mayoritariamente españoles, creó con sus compatriotas un lugar de reunión y apoyo a los recién llegados. De esta manera ayudar a las personas que llegaban como él y que sin tener ni idea del país al que llegaban, ni del idioma, tener una red de apoyo y poder ubicarse mejor en un sitio desconocido. También les ayudaban a relacionarse con las autoridades de Francia, con la documentación que necesitaban porque ellos ya sabían el idioma.
En el lugar de reunión aparte de ser un apoyo para los españoles en la zona, también servía para difundir y conservar la cultura española, realizaban comidas típicas, jugaban a las cartas, y veían películas en español.
Finalmente y después de pensarlo mucho, regresó a España en febrero de 1990, después de 12 años en Francia. Regresó con su propio coche.
Había ahorrado mucho dinero para poder llevar una buena vida en España y además poder estar tranquilos hasta que encontrasen trabajo de nuevo.
Los motivos principales para volver fueron para estar cerca de su familia al que solo veían una vez al año. También era importante para ellos que sus hijos se criaran en España, que aprendiesen la cultura y las costumbres de aquí y que conociesen bien a la familia que la veían esporádicamente.
Los hijos regresaron unos meses antes a casa de los abuelos mientras ellos preparaban la mudanza y el cambio de país, para hacerlo más fácilmente.
Pedro comenta que volvería a migrar sin duda, pero que lo realizaría de otra manera, para empezar lo haría más preparado, habría aprendido el idioma antes de ir. Se hubiera informado del sitio a donde viajó, la cultura y costumbres. Se hubiera sacado el carnet de coche antes de ir, le hubiera facilitado mucho el tener coche propio cuando llegó. Por último el cambio de moneda, cuando llegó no tenía ni idea de a cuántas pesetas equivalía el franco francés.
En conclusión, Pedro tuvo una experiencia migratoria mayoritariamente exitosa y se alegra de haberla realizado, lo que recuerda con más cariño es las reuniones de españoles que hacían.