Historia de vida realizada por Alba Gemma González Ayuso (Estudiante del Grado en Trabajo Social)
Esta historia corresponde a Sergio Gutiérrez Pérez, más conocido como “Guti”.
Guti es un joven español nacido en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, concretamente en la ciudad Salamanca. Se considera un auténtico charro.Actualmente tiene 27 años. Cuando decidió emigrar buscando nuevas experiencias y oportunidades, tenía 22 años y estaba terminando sus estudios de Grado Superior de Educación Física (TAFAD). Tras no lograr superar con éxito la prueba de evaluación de sus estudios, sumado a un cúmulo de malas experiencias y vivencias personales, decide cambiar el rumbo de su vida y darle un giro de 180 grados emprendiendo una nueva aventura hacia una ciudad desconocida para él, Londres.
En el año 2015, cuando decide emigrar, España seguía recomponiéndose de las consecuencias de la gran crisis económica que afectó a todo el país. Concretamente Salamanca, siempre ha sido una ciudad donde las oportunidades laborales han sido escasas. No obstante, destaca por la gran oferta de trabajo en el ámbito de la hostelería. En cambio, Londres era la ciudad destino de muchos jóvenes que emigraban en búsqueda de nuevas oportunidades y experiencias laborales. Como se ha mencionado, este joven impulsado por las ganas de comenzar una nueva vida decide poner rumbo a la ciudad de Londres.
El gran motivo que condiciona la elección de esta ciudad es que allí se encontraban viviendo dos muy buenos amigos, los cuales también en su momento decidieron marcharse de Salamanca buscando nuevas vivencias y experiencias. Éstos le animaron a que fuera para allá, afirmándole que iba a encontrar trabajo sin problema, así como le vendría muy bien para aprender inglés y ahorrar dinero, ya que los sueldos eran mucho más elevados. Es en abril del 2015 cuando Guti hace sus maletas y decide poner rumbo a su nuevo hogar, donde le esperaban sus dos grandes amigos.
La organización del viaje fue bastante rápida. Sus amigos le orientaron en cuanto a los procedimientos y trámites que debía realizar. Cabe destacar, que su capacidad económica era baja, ya que, tenía muy poco dinero, el cual le permitió realizar los trámites pertinentes de documentación y comprarse los billetes. Marchó desde Salamanca hacia el aeropuerto “Adolfo Suarez-Madrid Barajas” en la Comunidad de Madrid, y allí cogió el avión destino Londres. Al llegar, nadie le esperaba en el aeropuerto, ya que sus amigos no pudieron ir a recogerle porque se encontraban trabajando. Con su nivel básico de inglés y las indicaciones que le habían proporcionado sus amigos tuvo que ingeniárselas para poder llegar a su futura casa, ya que no conocía nada de la ciudad. Únicamente, tenía las referencias de las experiencias personales de sus dos amigos. Estas eran que, era una ciudad donde iba a encontrar trabajo sin problema y que la vida calmada a la que estaba acostumbrado en Salamanca iba a cambiar por completo, empezando una vida regida por el no parar y las prisas londinenses.
En su estancia en Londres se encontró con muchos baches. Sin lugar a duda, la parte más difícil del viaje fue el no dominar el idioma. Una de las normas de convivencia que pusieron sus amigos y él fue la de que no se podía hablar nada en español, ya que así sería una manera de hacerle aprender inglés de forma rápida. Siempre había algún día que se hacía la excepción, porque el trabajo se hacía muy duro y su cabeza colapsaba. Además, al principio, cuando los ingleses veían que era español y que no dominaba el idioma, se reían mucho de él, tratándole con desprecio y desvalorizándole como persona. Destaca que, el intento de dominar el idioma se complicaba aún más por los diferentes estilos de inglés que hablan los británicos. Cuenta que allí hay muchos estilos, al igual que sucede con el castellano en España, con sus diferentes acentos y formas de entonación en cada comunidad autónoma. No obstante, la tercera semana el idioma empezó a convertirse en un problema menor, ya que, al estar 24 horas hablando y escuchando inglés, el oído se va adaptando. El segundo bache que se encontró, fue a la hora de desplazarse por la ciudad utilizando el transporte público, en concreto las líneas de metro, ya que nunca lo había hecho. Es importante destacar que Salamanca es una ciudad pequeña y es muy sencillo desplazarse en ella. Puedes hacerlo a pie, sin ningún problema, ya que las distancias no son muy largas. No obstante, cuenta con líneas de autobuses urbano e interurbanos que la comunican con los pueblos limítrofes. En comparación con Londres las diferencias son abismales. Es una gran ciudad donde es indispensable utilizar el transporte urbano, es decir, metro o autobuses, ya que las distancias a recorrer son bastante grandes. El tercer bache que hizo que la vida allí fuera un poco más difícil, fue encontrar una casa que contara con todos los requisitos que necesitaba. En los 6 meses que vivió en Londre, se mudó de piso cada mes porque las casas no cumplían con lo que él y sus amigos necesitaban. Todas tenían sus pros y contras. Las más económicas estaban muy alejadas del trabajo y perdía por lo menos una hora en ir y otra en volver. Las que mejor ubicación tenía, eran más costosas, e incluso en muchas casas tenía que compartir habitación con uno de sus amigos, por lo que no tenía nada de intimidad. Además, destaca que los días en los que el sentimiento de nostalgia y el echar de menos a la familia y amigos se apoderaban de él, le gustaba estar solo y tener intimidad. Por otro lado, hay varios aspectos que no son baches, pero sí que los identifica como negativos a la hora de su día a día, como, por ejemplo: el mal clima, ya que, despertarse en pleno verano con cielos grises y lluvia era un poco deprimente, sobre todo en sus días libres; las persianas, algo muy común en España, allí ninguna casa tenía, por lo que nada más salir el sol te deslumbraba en la cara y te despertaba; la comida, resultaba muy difícil encontrar bares y restaurantes que sirvieran buena comida, así como supermercados en los que pudiera comprar productos españoles y; el carácter frio y seco de los británicos
Guti, considera que lo más importante que le pasó al llegar a Londres fue encontrar trabajo. Estuvo trabajando en dos restaurantes diferentes. En el primero de ellos tan solo estuvo un par de semanas, ya que, por influencia de sus amigos le ofrecieron un nuevo puesto de ayudante de cocina, en el restaurante donde trabajaban ellos. Allí estuvo trabajando durante los cinco meses que vivió en Londres, hasta que decidió volver a España. Destaca que el trato recibido por su jefe y por parte de todos los compañeros influyó de manera considerable a la hora de adaptarse y de crear un buen ambiente de trabajo. Pero sin lugar a duda, lo más importante y su gran fortaleza era tener y vivir con sus dos amigos. Manifiesta que su estancia sin ellos habría sido muchos más dura. Destaca sobre todo que los días en los que se encontraba mal y quería “tirar la tolla” estar con sus amigos le reconfortaba mucho y, aún más, sabiendo que ellos también habían pasado por esa montaña rusa de emociones.
En noviembre de 2015, hablando con su madre por teléfono, esta le insistió en que debería retomar los estudios que dejó a medias, pues tan solo le faltaba una asignatura por aprobar. Entonces pensó, que aún tenía reciente todo lo que había estudiado y que no le sería difícil terminarlo. Además, su vida en Londres o en cualquier ciudad podría mejorar si conseguía el título y sus posibilidades laborales aumentarían. Por lo tanto, habló con sus amigos y les comentó que estaba pensando en volver a España a retomar sus estudios. Estos le dijeron que sería una buena opción, que siguiera el consejo de su madre. Londres seguiría estando ahí. No obstante, la idea no le convencía del todo, era el momento en el que más cómodo se encontraba y le gustaba su vida allí. Además, tenía un buen círculo de amigos, un buen trabajo donde se encontraba a gusto e integrado, buena casa, etc. Se podría decir que, al fin, había encontrado su equilibrio. Pero, fue entonces, en noviembre de 2015, cuando decidió coger sus cosas y volver a España para retomar sus estudios, y poder volver en un futuro.
Como reflexión global de su vida en ciudad londinense, Guti, recomienda esta experiencia a todo el mundo que quiera en algún momento determinado de su vida un cambio radical y arriesgado. Fueron algunos los momentos malos, pero sin duda, los buenos los superan con creces. Aprendió un idioma, que llevaba estudiando desde los tres años, que hoy le sirve como herramienta de trabajo y aumenta sus posibilidades y aspiraciones laborales; conoció más que una ciudad, encontró rincones únicos que le permitían evadirse en momentos malos y que se quedaron grabados en sus retinas, y jamás podrán salir de su mente; conoció personas magníficas por el camino, e hizo que la amistad que tenía con sus amigos salmantinos se afianzara y perdure hasta el momento y; empezó a valorar, aún más, todo lo que tenía aquí en España, empezando por su familia y amigos, seguido por su ciudad y gastronomía, y terminando por cosas tan simples como son las persianas. El tiempo fuera de casa fue breve pero intenso, siendo este el principio de su vida adulta. Llegaron las responsabilidades, el esfuerzo y sacrificio diario, trabajando y haciéndose cargo de todos los gastos que acarreaba una vida independiente. Asumiendo riesgos, pero obteniendo unas recompensas muy gratificantes. Considera que creció como persona y le ayudó a encontrarse a sí mismo. Este viaje lo compara como la atracción de una montaña rusa: impresiona al principio, dando incluso un poco de miedo, ya que hay muchas subidas y bajadas, pero luego solo queda ese subidón de adrenalina que jamás olvidarás.