Steven Paul Jobs (San Francisco, 1955). Quizás, algunos de los lectores de este blog no identifiquen inmediatamente este nombre. Esta persona ha reabierto el debate sobre la importancia que tiene una persona en una organización, y hasta qué punto a
lguien es imprescindible para una compañía. Ahora sí, quizás algunos más han reconocido este nombre. Para los que no, se trata del más normalmente conocido Steve Jobs, Consejero Delegado de Apple.
En el actual contexto, Apple se encuentra a punto de presentar el nuevo iPad 2, trece meses después de que presentase el anterior modelo, y que se caracterizará en relación al anterior por ser más delgado y ligero que su predecesor, con mejor resolución de pantalla y cámara de video frontal para permitir las videoconferencias.
Pero no es esto lo que preocupa a los stakeholders de la empresa, sino los nubarrones que se ciernen sobre su CEO, el antes mencionado Steve Jobs, que está cumpliendo actualmente su tercera baja médica, tras un cáncer de páncreas en 2004 y otra baja médica en 2008. Al día siguiente de que Steve Jobs anunciase su baja médica, en Wall Street, se le puso precio a su enfermedad, con un recorte del 6,4% hasta los 326 dólares, lo que equivale a 20.500 millones, en un mercado ligeramente al alza.
Por lo tanto, como Presidente de Apple, y profundizando más, como alma máter de esta compañía, los inversores van a pedir en el Consejo de Administración que sean claros en el estado de salud de esta persona, que se considera como la persona que con su visión, su gestión y su sentido de la oportunidad es la persona clave en el éxito a largo plazo de la compañía que convirtió complejos dispositivos tecnológicos en productos de consumo de masas.
El secretismo es una de las claves del éxito de Apple, al crear expectación en torno a sus innovaciones. Y puede ser también un arma de doble filo. La baja indefinida crea muchas dudas entre los inversores sobre las posibilidades reales de su retorno. Por eso algunos accionistas quieren someter a votación una propuesta para determinar hasta qué punto la dirección está obligada a hacer público un plan de relevo. Las riendas de Apple están ahora en manos del jefe de operaciones, Tim Cook.
Los gestores de Apple se oponen a ser tan transparentes, porque temen que los rivales hagan un acercamiento a los posibles sucesores y eso, advierten, va contra el interés de los accionistas. Los inversos dejan claro que no buscan que se identifique a los potenciales aspirantes, si no que se les informe con regularidad sobre el proceso que se está siguiendo.
En definitiva, quiero resaltar que en un mundo donde la alta tecnología, los ingenieros que desarrollan nuevos sistemas y aplicaciones y en general numerosos expertos que contribuyen al éxito de cualquier compañía, se ven afectados por la ausencia de una única persona, considerada por muchos como el corazón de la compañía, en este caso, Steve Jobs.
Héctor de Castro Anta
Steve jobs es un auténtico fiera. Os paso un link de un speech que dió en la universidad de standford y que me parece super motivante. Aquí os lo dejo http://www.youtube.com/watch?v=6zlHAiddNUY
En mi opinión parece increíble como una única persona pueda cambiar una organización. La verdad que lo que prima en Steve Jobs es la reputación que tiene como un recurso clave en la compañía. Así si éste decidiera de irse a otra empresa, lo más seguro que muchos clientes se fueran hacia donde él estuviera.