La transformación digital hace referencia a la conexión universal de todos sectores económicos, así como a la adaptación de los operadores en el mercado a un entorno nuevo. En contraposición a los mercados tradicionales, encontramos los mercados digitales (por ejemplo, mercados de Internet) que tienen muchas más peculiaridades.
I. Nuevos poderes del siglo XXI
empresas como Google, Facebook y Amazon forman parte de las empresas más grandes, que cotizan en Bolsa. Hay que tener en cuenta que estas empresas y otras protagonistas globales no tienen más de 25 años, mientras que la gran parte de las grandes empresas alemanes, como Siemens, BMW, BASF, fueron fundadas en el siglo XIX. La dinámica alta y la presión innovadora en los mercados digitales es un fenómeno global.
En el año 2016 SAP SE, una empresa informática, fue en primer lugar de DAX (el principal índice de referencia la Bolsa alemana). Además, las empresas de Internet entran ahora en el sector industrial y utilizan sus conocimientos sobre Big Data, Sharing Economy, Cloud Computing, redes sociales etc. para revolucionar completamente las cadenas de valor y hacer peligrar los procesos existentes.
II. El humano como fuente de datos
“If you are not paying for it, you become the product”. A menudo, compañías de Internet ofrecen sus servicios a cambio de condiciones atractivos para asegurar su participación en el mercado digital. Intentan disfrutar de los efectos de la red (indirecto y directo) y comprometer a los operadores en el mercado (clientes). Esto favorece la creación de los monopolios. Además, cada consumidor tiene una huella digital en la red, como en las redes sociales, los foros o el sector de la salud. Los datos de los clientes son un factor competitivo muy importante. La recopilación de datos personales para analizar la actitud del consumidor, se está volviendo cada vez más relevante. Se cree que se pueda llegar a discriminar a algunos individuos.
III. Criminalidad en la red
La criminalidad en la red constituye un riesgo considerable tanto para las compañías digitales como para sus clientes. Especialmente sectores que gestionan datos sensibles, como bancos, compañías de seguros o el sector de la salud, temen fallos de seguridad. La redirección transfronteriza de datos y el cumplimiento del régimen de protección datos es una gran reto para los reguladores y las empresas.





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