Mi lugar de residencia se llama Rubiaco, un pueblo de las Hurdes(Cáceres), pequeño y con pocos habitantes, pero lleno de belleza gracias a sus montañas y a su gente.
Debido a su encanto, su población en vacaciones se multiplica por tres, y sin mencionar sus fiestas patronales, dedicadas a la Virgen de la Peña de Francia, en la que todos los pueblos de los alrededores se quedan vacíos para poder asistir a ellas.
Otras de sus principales virtudes es su casa rural, donde uno puede hospedarse el tiempo que desee y disfrutar de los aires de las sierras hurdanas.
Y este es mi pueblo, pequeño, pero acogedor…
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