Sin duda alguna, la primera gran guerra en la que se emplearon las armas de fuego fue la Revolución Francesa y la posterior conquista de Europa por parte de las tropas francesas dirigidas por Napoleón Bonaparte, emperador francés auto proclamado el 28 de mayo de 1804 y derrocado por última vez el 15 de julio de 1815.
Quedó demostrada en esta época que la forma de batallar había cambiado por completo. El avance y las conquistas eran muchísimo más rápidas que con las antiguas armas, y no tardaron en extenderse por todo el globo. Se empezaron a utilizar famosas bayonetas como armas de asalto que protegían a cada uno de los soldados. Además, la creación de cañones y artefactos explosivos permitía destruir defensas que antes eran inderrumbables o tardaban mucho en ser destruidas.



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