En el año 1.200 se produjo en China uno de los mayores descubrimientos que ha existido en el ámbito armamentístico: la pólvora. A partir de ese descubrimiento y comprobar la capacidad explosiva de ésta, se empezó a experimentar con este elemento para crear armas que no requiriesen una lucha cuerpo a cuerpo si no que se pudieran lanzar desde distancias relativamente alejadas. Se crearon las primeras bombas y explosivos que, a pesar de ser bastante rudimentarios, dieron pie a continuar con las investigaciones hasta crear las primeras pistolas y rifles que permitían crear un nuevo tipo de guerra en la cual no eran necesarios escudos y espadas.
El descubrimiento de la pólvora y la revolución de las armas.
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