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En la costa de este pueblo se encuentra uno de los acantilados más atractivos de la zona. Una imponente pared en la que mueren las grandes olas que llegan del mar, lo que deja unos panoramas únicos acompañados por el hermoso sonido que provocan las olas al romper contra las piedras.
Entre las grandes paredes del acantilado, se deja ver la desembocadura al mar en forma de cascada de un pequeño arroyo. Normalmente, la cascada no es lo que más resalta de la zona, pero en días de lluvia, se convierte en el principal atractivo del lugar. La cantidad de agua que baja por el arroyo en días de tormenta hace que la cascada tenga que “trabajar” mucho más. y esto, junto a las olas del mar, forman un precioso paisaje poco habitual.
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