El agua, ese elemento tan necesario para la vida, también es capaz de proporcionarnos electricidad. Al igual que la energía eólica, la ehergía hidráulica también se ha utilizado desde tiempo atrás para moler el grano. Allá donde hay un río, seguramente también podamos encontrar un molino de grano, con su característica rueda en la vera del río.
Para generar electricidad a nivel industrial, necesitamos un caudal de agua que posea una gran cantidad energía (recordemos que la energía se transforma, es decir, no podemos crear energía de la nada). Así, el agua embalsada de las presas posee un nivel de energía muy superior al que nos encontramos en el cauce de un río. En primer lugar, porque almacenamos una gran cantidad de agua en un volumen limitado, y en segundo lugar…¡Por la altura del agua!
Cuanto más alto se encuentra un objeto, mayor energía posee. Así, si dejamos caer un vaso de cristal al suelo desde 1 cm de altura, probablemente no se rompa. Sin embargo, al dejarlo caer desde 1 m de altura, el vaso qudará hecho añicos. A este tipo de energía, se le llama energía potencial. Cuando el agua cae desde lo alto de la presa, se hace pasar por unos generadores eléctricos, como los que se presentaron en la pestaña “La energía eléctrica”, pero de un tamaño mucho mayor.
También se puede aprovechar la energía del agua del mar. Las corrientes marinas son grandes masas de agua en continuo movimiento, del cual también podemos obtener electricidad. Para ello, se implementan unos “molinos” (turbinas) debajo del agua, cerca de la costa, cuyos álabes se mueven gracias al vaivén de las corrientes. Decir que hay que escoger muy bien el lugar de instalación, dado que no todas las costas poseen unas corrientes con energía suficiente para que este sistema sea rentable.
En el siguiente vídeo (del canal de YouTube “Life Gadget”) puedes ver cómo construir una central hidroeléctrica a escala. Tan sólo necesitas un motor (generador) de 12v, unos cables y LED’s, una noria de agua hecha con los materiales que prefieras, y…¡agua!.
