El pasado martes, una de las profesoras de la asignatura de Evaluación e Innovación en Física y Química (Loli Merchán), nos propuso experimentar una técnica de trabajo colaborativo: la técnica del Puzzle.
Esta técnica puede resumirse en 10 pasos**:
- Dividir a los alumnos en grupos de 5-6 personas
- Hacer a cada miembro del grupo, experto en un tema.
- Dividir el trabajo en 5 o 6 partes,
- A cada miembro del grupo, se le asigna una parte, y será el “experto” de dicha parte.
- Dejar un periodo para que los alumnos estudien su parte en profundidad.
- Hacer una reunión de expertos de cada grupo. Deberán poner en común su tema, extrayendo los puntos importantes y determinando la forma y la estructura que seguirán para mostrársela al grupo original.
- Los expertos vuelven al grupo original, después de la deliberación.
- Cada experto expone su parte del trabajo al grupo, de modo que todos los miembros del grupo conozcan todo el trabajo en conjunto, no solo la parte en la que son expertos.
- Este proceso de transmisión de información será supervisado por el profesor.
- Cada grupo será evaluado del trabajo en su conjunto.
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En concreto, con la metodología que seguimos nosotros en clase, a cada miembro del grupo le tocaría exponer un tema del cual no era experto. La profesora nos repartió varios artículos, de modo que cada miembro debía leerlo y comprenderlo. Después, el “comité de expertos” de cada tema se reunía para la puesta en común de ideas. Discutimos sobre cómo se lo podíamos explicar a los compañeros, para que luego ellos lo pudieran transmitir a toda la clase. Finalmente, por sorteo, a cada miembro del grupo le tocaría exponer uno de los artículos (excepto el artículo que se había leido) a partir de lo que el/la compañero/a de grupo le había explicado.
Dejo aquí un esquema que preparé para explicar el tema del artículo a mis compañeros:
Y como una técnica innovadora debe ir acompañada de una evaluación, os presento ahora las rúbricas. Desde mi punto de vista, las rúbricas constituyen el modo más objetivo de evaluar. Además, la rúbrica puede ser entregada a los alumnos antes de la realización del trabajo, para que sepan en qué aspectos serán evaluados.
Y, ¿qué es una rúbrica?, pues no es más que una tabla en la que se recogen, de forma organizada, los criterios de evaluación de una actividad, y la puntuación que se le asigna a cada criterio de evaluación. Para que uan rúbrica sea eficaz, debe contemplar varios aspectos en los que la actividad pueda ser evaluada. Por ejemplo, en la resolución de un problema, pueden evaluarse otros ámbitos más alla del resultado final, como el planteamiento del problema, la claridad de la explicación, el orden y la limpieza, las unidades…etc. Asimismo, debe haber una graduación. Quizás un alumno plantee bien el primer apartado, pero se le pueden olvidar las unidades, y en el siguiente apartado, al contrario. Para ello lo mejor es contar con una rúbrica, donde en el ámbito “planteamiento del problema”, se le de la máxima puntuación a quien haya planteado bien todos los apartados, pero que también valore al alumno que plantee bien 2 de 3 apartados. Finalmente, la puntuación obtenida a través de la rúbrica, debería distinguir entre Sobresaliente, notable, aprobado y suspenso.
Os dejo la rúbrica que ha planteado nuestro grupo (Irene, Manu, Cristina y yo) para la evaluación de una presentación en formato póster, sobre las energías renovables:
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