Se Apuesta por un trabajo inicial pasado por los juegos motrices acuáticos, un juego apropiado para los procesos madurativos de los alumnos a través de los juegos de coordinación motriz y los juegos de estructuración perceptiva.
Juegos de coordinación motriz. Niños a los tres años pueden moverse en el agua con ayuda, hacia los cuatro-cinco inician el movimiento, paradas y cambios de dirección, de cinco-seis años dominan el equilibrio estático e involucran el desplazamiento al juego, siendo al final de esta etapa, aproximadamente a los nueve años cuando pueden relajar voluntariamente un grupo muscular. Los juegos acuáticos que proponemos son los siguientes:
Juegos de motricidad gruesa.
Juegos de motricidad fina.
Juego donde intervienen otros aspectos motores
Juegos que potencian el esquema corporal.
Juegos de estructuración espacio-temporal.
Juegos de percepción espacio-visual.
Juegos de percepción rítmico-temporal.
Juegos de percepción táctil.
Juegos de reorganización perceptiva.
Debemos evitar su uso en piscinas poco profundas, ya que planteará problemas postulan ese movimiento.
Hay que centrarse la diversidad del aprendizaje, debemos plantear diferentes juegos como situaciones problemáticas, la resolución de problemas, descubrimiento guiado y la dinámica de grupos. Los estilos de enseñanza más acordes para el aprendizaje de las actividades acuáticas serán aquellos que promuevan un aprendizaje significativo dando lugar a que el niño descubra su capacidad intelectual, tomando decisiones, llevando a cabo ni si activas, descubriendo posibilidades y en definitiva hacerles saber siempre los avances de forma positiva convertir ciertos errores en éxitos, enseñar a valorarse asimismo. En el agua dentro de los alumnos y en el borde, de rodillas o dentro del agua.
De cero a dos años se debe utilizar una estrategia de práctica global mediante ensayo-error.
De los dos a los cuatro años debemos emplear una estrategia en la práctica global y una estrategia en la práctica global polarizando la atención sobre las habilidades motrices acuáticas.
De cinco a siete años se debe utilizar una estrategia en la práctica global de la estrategia en la práctica global polarizando atención.
De ocho a 12 años seguirá dando prioridad a los ejercicios globales frente al método global-analítico-global. El trabajo en aguas en planteará siempre en forma de grupos, aunque también en ciertos momentos sea necesario utilizar el trabajo de forma individual.
La mejora física a través de un trabajo indirecto en la enseñanza-aprendizaje de las habilidades motrices acuáticas. El aprendizaje de las técnicas de notación vendrá el final del proceso, lo cual conseguirá si se insiste en aplicar actividad al alumno desde las primeras sesiones.
4.- Opinión personal.
En mi opinión, el alumno debe familiarizarse desde una temprana edad con el agua, primero para eliminar cualquier sensación de pánico y para evitar que el niño sufra en cualquier situación en la que pueda caer al agua. Para que el alumno coja confianza, habilidad, fuerza para reaccionar se pueden utilizar diferentes juegos de distinta índole e intentando desarrollar distintos campos como el buceo, el salto… una vez que se haya dominado estos campos se puede empezar a aprender y perfeccionar los distintos estilos, comenzando por crol y terminando por mariposa, pasando por espalda y braza en este orden. Hasta que el alumno sea capaz de defenderse en el agua es meramente educativo pero una vez que domine todos los estilos puede elegir si continuar a nivel de competición, socorrismo, o en otras modalidades como el waterpolo, buceo…
Video sobre como empezar a familiarizarse con el agua desde pequeños:





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