El arte flamenco es un conjunto de expresiones artísticas constituidas por el cante, el baile y el toque de guitarra flamencos.
Tradicionalmente cuando nos referimos al flamenco abarcamos con dicho término las tres expresiones artísticas citadas, aunque el estudio y discusión del contenido de dicha expresión se haya aplicado casi siempre al cante.
Reconstruir la historia del cante es buscar su origen y seguir sus pasos a través del tiempo hasta el momento presente, tarea que ha ofrecido y sigue ofreciendo grandes dificultades. La nula formación cultural de sus creadores ha impedido disponer de un relato mínimamente objetivo del nacimiento y desarrollo del flamenco. Los hechos que han llegado hasta nosotros se han basado en la transmisión oral en gran parte, al carecer prácticamente de tradición escrita.
Todo ello ha dado lugar a muy diversas teorías sobre el origen del flamenco, que tratan de explicar dónde surgió el flamenco, cuando surgió y porqué motivo surgió en determinado tiempo y lugar.
Aunque es evidente, debemos decir que la cuna del flamenco fue Andalucía. Allí brotó y se desarrolló esta semilla que se ha convertido en patrimonio universal.
Si hay claridad en cuanto a la localización geográfica de su nacimiento, ocurre todo lo contrario si se quiere saber cuándo nació el flamenco. Como es lógico, el flamenco como arte no nace en un momento dado, sino que se va formando en un proceso en el que incidieron una amplia y riquísima gama de influencias que, a través del tiempo y de forma evolutiva le dieron forma.
La cultura andaluza es el resultado de la riqueza acumulada a través del tiempo por influjo de otras culturas: la fenicia, la cartaginesa, la romana, la árabe, la judía…. Sobre esta base el pueblo andaluz cantó los romances, como formas primitivas de cantes sin guitarra, y también recogió la influencia del pueblo gitano, que se estableció en Andalucía a mediados del siglo XV.
Testimonios escritos del arte flamenco no existen hasta bien avanzado el siglo XVIII, como pueden considerarse las “Cartas Marruecas” de José Cadalso, donde se describe una fiesta flamenca celebrada en un cortijo entre los años l77l y l774.
En estos primeros testimonios escritos aparecen los gitanos como protagonistas en fiestas flamencas, lo que ha sido motivo para ser estos aquellos autores que consideran que en el origen del arte flamenco hay que tener muy en cuenta a los representantes de esta raza, lo que ha dado lugar a opiniones encontradas con relación a autores que niegan su presencia en el origen del flamenco.





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