La carpa

El Cyprinus carpio y su origen

La carpa que nosotros llamamos “carpa común salvaje” ( cyprinus carpio ), tiene su origen en Asia, para ser más concretos en el área que actualmente conocemos como China y los países colindantes. Tanto entonces como en la actualidad se pueden encontrar en todos los grandes lagos y ríos de la región, incluido el gran Río Amarillo. En la actualidad sigue siendo una gran fuente de alimentación de las poblaciones cercanas al agua, y por la gran demanda existente se crían también en piscifactorías.

Breve Historia de la carpa en Europa

Para entender mejor de lo que estamos hablando lo mejor es que podemos hacer es echar una mano a los libros de Historia. Los primeros en introducir las carpas en Europa fueron los romanos y los griegos. En esta época las carpas fueron reproducidos en su forma original y se hicieron repoblaciones en muchos ríos y lagos de Europa con fines alimenticios, pero todavía no se puede hablar de una repoblación consciente y organizada. Posteriormente fueron los monjes de Europa central en la Edad Media, los que motivados por el frente de hambre que azotaba el continente, vieron en la carpa una auténtica fuente de alimentación, fácil de mantener y reproducir. Los monjes fueron los pioneros en llevar a cabo mediante métodos naturales de reproducción y selección de especímenes. Para rentabilizar todavía más la producción, primeramente se dedicaron a hacer una selección de las carpas más grandes. Cruzando siempre los ejemplares más grandes de cada puesta consiguieron aumentar el tamaño medio de la especie. Otro paso posterior (o simultaneo, según autores) fue seleccionar ejemplares con anomalías genéticas, para ser más concretos seleccionaban ejemplares con falta de escamas, volviendo a cruzar estos ejemplares centenares de veces y seleccionando siempre los ejemplares con menos escamas llegando prácticamente a ejemplares “desnudos”. El objetivo de todos estos cruces, que hoy en día llamaríamos manipulación genética, era conseguir carpas muy grandes con mucha carne y pocas escamas, más fáciles de limpiar. Durante toda la Edad Media fueron distribuidas por toda Europa y aunque parezca mentira, Inglaterra (la cuna del carpfishing ) fue el último país repoblado (1514 Leonard Mascal). Después de la Edad Media se produjo un gran parón hasta que a finales del siglo XIX comenzó lo que podríamos llamar revolución genética. Gracias a Mendel y a otros biólogos, los conocimientos genéticos evolucionaron mucho, así que no era necesario experimentar y esperar los resultados durante años. Los cruces y las fecundaciones pasaron a hacerse directamente en el laboratorio, pudiendo así realizar una selección más rápida y efectiva. En la actualidad se actúa directamente sobre el embrión, pudiendo elegir de antemano variedad, anatomía, sexo, etcétera.

La carpa en la actualidad

Hoy en día casi todas las aguas peninsulares están pobladas por carpas. España es una auténtica “ensalada genética” y sólo en muy pocos lugares se pueden encontrar ejemplares puros, tanto de una variedad como de otra. En Europa no es extraño la captura de carpas de 25 kilos y hay bastantes embalses donde se pescan con regularidad carpas de 25 a 35 kilos. En España no es frecuente la captura de grandes ejemplares, pero sí podemos estar orgullosos de la abundancia de carpas entre los 5 y 10 kilos (en algunos embalses hemos pescado en un solo día más de veinte ejemplares de estas dimensiones). La gran mayoría de los embalses y ríos están poblados por carpas comunes que no suelen superar los 13 kilos. La no abundancia de especímenes gigantes en gran medida es debida a la genética, pero también son culpables todos aquellos pescadores no deportivos, que se llevan los peces a su casa o pueblo para mostrarlos como trofeos. La mentalidad está cambiando y cada vez son más los pescadores deportivos que se dan por satisfechos con una buena foto y después devuelven el pez al agua, con la ilusión de poder capturarlo en el futuro con algunos kilos más.

Factores climáticos

Otro factor que hay que tener muy en cuenta es el calor: cuando más calor hace la temperatura del agua sube y la actividad de la carpa aumenta. La carpa es de sangre fría y necesita el calor para estar activa. El factor mas positivo de España, es que disfrutamos de temperaturas altas casi todo el año, incluso en el interior de la Península. A principios de marzo los embalses del interior alcanzan una temperatura de 10º C (según los estudios realizados a partir de esta temperatura las carpas comienzan a estar activas). Evidentemente hay excepciones, nosotros hemos hecho capturas con temperaturas de 6º C e incluso se han conseguido capturas con menor temperatura, pero la verdad es que son casos poco frecuentes y muy difíciles. El aumento progresivo de la temperatura acelera el proceso de alimentación y de digestión hasta que se alcanzan temperaturas cercanas a los 25º C. A partir de este momento, cuanto más suba la temperatura, menor será la actividad. Las altas temperaturas provocan en la carpa un estado de inactividad debido a que el consumo energético es mayor que la cantidad de calorías que pueden obtener alimentándose. En estas situaciones, sobre todo en los meses de julio y agosto, la carpa permanece largas horas inactivas.

Enemigos naturales

Las consecuencias negativas de temperaturas tan elevadas, es que las carpas se reproducen varias veces al año, provocando así una altísima densidad de peces. Con tantos peces el alimento se hace escaso y afecta negativamente en el crecimiento. El otro gran enemigo son las grandes sequías, que hacen bajar de tal forma el nivel y la calidad del agua que los peces terminan muriendo por asfixia o el embalse acaba secándose completamente.

Los tres factores responsables del crecimiento

Los factores responsables del crecimiento de las carpas son la genética, la alimentación y la climatología. De la interacción de todos estos componentes dependerá el resultado final. Si todos los componentes son óptimos el crecimiento será máximo, si todos son negativos el crecimiento será mínimo. Para desgracia nuestra, muy pocas veces se reúnen todos los componentes óptimos y por suerte no es demasiado frecuente que se reúnan todos los negativos. Vamos a mostrar sobre un gráfico las diversas cuotas de crecimiento en relación a los factores, partiendo siempre de una edad de cinco años que es el momento en el cual el crecimiento más se acelera y se pueden ver más claramente las diferencias. Esta tabla está basada en experimentos hechos con carpas comunes. Para poder acercar esta estadística todavía más a la realidad debemos poder sumar al peso de la tabla un veinte por ciento, así podremos compensar la diferencia causada por otros factores no tan relevantes y quedará ajustado a la realidad del embalse.

About Alejandro

Estudiante de 1º de administración de PYMES en el grupo 3A de tarde en la universidad de Salamanca.

Aún no hay comentarios.

Deja un comentario


*

Política de privacidad