
El lince ibérico (Lynx pardinus) es el felino más amenazado del planeta según la UICN y está considerado como el carnívoro más amenazado de Europa (Mallinson 1978). A principios de los 90 sólo sobrevivían unas poblaciones, con escasos efectivos poblacionales, en la mitad suroccidental de la Península Ibérica, fragmentadas en núcleos pequeños que no aseguraban la supervivencia de la especie si no se adoptaban medidas al respecto.
EL HÁBITAT
El lince ibérico se encuentra en el bosque y matorral mediterráneo, en zonas muy restringidas de España y Portugal, bien conservadas, y aisladas de la actividad humana, aunque en Portugal parece que se ha extinguido. Este tipo de hábitat le proporciona refugio y pastos abiertos para cazar conejos, que supone el 90 % de su dieta. En Portugal se están haciendo esfuerzos reales para la recuperación del habitat del Lince, como ocurre con la Reserva Natural de la Sierra de Malcata.
ALIMENTACIÓN
De naturaleza carnivora, principalmente se alimenta de conejos aunque no por ello desprecia en absoluto liebres, ratones de campo, topillos, lirones, tordos, perdices, algunas anátidas, algún corzo y algún cervatillo o crias de gamo e incluso lagartos si es que el hambre apreta.
De la caza, solo aprovecha la carne desperdiciando todo lo demás y la cantidad ingerida suele ser de entre 1 y 2kg. Cuando sacia su alimento, abandona la presa y no volvera a por ella pues preferirá la carne fresca y de los restos abandonados, jabalies y otras especies darán buena cuenta.
REPRODUCCIÓN
La época del celo comienza entre enero y febrero, adelantándose en las regiones meridionales desde finales del mes de diciembre hasta mediados del mes de febrero. El lince, a pesar de ser un animal de hábitos solitarios, en esta época del año suele permanecer con su pareja. Las madrigueras se hacen en lugares bien protegidos y escondidos como roquedos, árboles huecos. La gestación dura de 65 a 72 días, de lo que se deduce que la época del nacimiento se sitúa entre los meses de marzo y abril. Las camadas suelen constar de una a cuatro crías, siendo lo más habitual dos cachorros. A las cuatro semanas la madre lince cambia de madriguera, y a los dos meses los cachorros son capaces de acompañar a su madre en las cacerías. Éstos son independientes en 7 ó 12 meses (más o menos cuando la hembra entra de nuevo en celo) y permanecen en su territorio natal hasta los 20 meses. Suelen sobrevivir a la independencia entre uno y dos linces por hembra.
Las hembras pueden criar en su primer invierno, pero la época de la primera reproducción depende de factores demográficos y ambientales. En una población de alta densidad, como la de Doñana, la edad en la primera reproducción depende de cuando una hembra adquiere un territorio. Esto ocurre normalmente debido a la muerte o a la expulsión de un residente. Es posible que una hembra no se reproduzca hasta transcurridos cinco años de edad, y solamente cuando su madre muera y adquiera un territorio se reproducirá (lo que no favorece la repoblación del lince). Suelen vivir unos 13 años, siendo fecundos hasta los 10 años.
AMENAZAS
Las principales amenazas directas sobre la especie son la mortalidad inducida por el hombre (caza ilegal, cepos y lazos, envenenamiento ilegal, etc.).Los atropellos también ponen en riesgo a la especie y desde el año 2000, han muerto en Doñana 57 linces, 24 de los cuales fueron atropellados. El índice de mortalidad, además, es mas alto en las carreteras que unen Matalascañas con las poblaciones cercanas, donde murieron 8 animales en la última década. La cifra es elevada si tenemos en cuenta que el número de linces que habitan en el parque no supera el medio centenar. Cuatro de cada diez linces atropellados mueren en estas carreteras ya que la vía atraviesa una de las zonas que utilizan los linces para sus desplazamientos. La reducción de las poblaciones de conejo como consecuencia de la mixomatosis, neumonía vírica, así como la ganadería intensiva, con la consiguiente sobreexplotación del estrato herbáceo, que limita a su vez las poblaciones de conejos y repercute en los linces ibéricos.
Sin embargo, una especie compuesta únicamente por poblaciones mínimas, encuentra su principal amenaza en la fragmentación de su área de distribución por construcción de infraestructuras, lo que provoca que las poblaciones se separen paulatinamente unas de otras hasta llegar a estar totalmente incomunicadas, fragmentadas y aisladas por barreras de distintos tipos que impiden el intercambio genético entre poblaciones.
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